Prólogo

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*Narra desconocido*

El mes de Octubre de 2010, tenía yo ya 25 añazos; quién lo diría... a los 25 soltero, sin ganas de tener una relación. Deambulando por el mundo me hallé muy lejos de mi casa. Exactamente, estaba en Madrid, capital de mi querida España. Este país me tiene enamorado desde que era pequeño, cuando mis padres decidieron por alguna extraña razón mandarme de intercambio, y allí conocí al que posteriormente sería mi mejor y único amigo hasta el momento.

A cada paso que daba, entre la añoranza de mi infancia y el carácter y los costumbres de sus habitantes actuales, sentía cómo se me encogía el alma.

Yo ya había visitado muchos lugares de Europa, desde Holanda hasta la maravillosa ciudad de París, formando parte de un equipo multinacional donde cada uno tenía sus roles. Yo era el guapo ingeniero informático que todo lo sabía y lo arreglaba. En realidad eso era lo que me decían mis compañeros mientras se burlaban de mi y me mandaban a por su café. Todo por ser el novato. 

-Gracias querido Ubisoft, te has portado de maravilla conmigo, pero hazme un favor y despide a mis compañeros. - los maldecía con toda mi alma, pues siempre encontraban el momento exacto para molestarme.

El equipo, compuesto por muchísimas personas de las cuales ni conozco a mitad, estaba establecido en el centro de Madrid, hacia donde me dirigía mientras pensaba de qué forma se burlarían de mi esta vez. 

Nuestro objetivo era el de reunir al máximo número de jóvenes amantes de los videojuegos y hacernos sus patrocinadores; de tal forma que tanto ellos como nuestra empresa ganen dinero vendiendo juegos para ordenador o las nuevas consolas que pronto sacarían.

Al día siguiente...

Me encontraba en mi hotel de tres estrellas (lo sé, un poco cutrillo al ser cosas de trabajo pero es lo que hay). Allí tracé un plano de lo que tenían que hacer las personas que nos tocarían hoy. Hmmm 6 personas. Bueno, no son tantas como esperaba. En cuanto tuve todo organizado, me dispuse a salir por la puerta, pero mi teléfono me detuvo.

*Inicio de llamada*

- Hm Hola?

- Si hola, eres Marcos verdad? 

- Sí, soy yo. Qué ocurre?

- No, nada. Mira, soy tu compañero Alberto, el que se sienta justo detrás de la planta aquella enorme sabes?

Era cierto. En nuestra oficina de aquí en Madrid cada uno tenía su "pequeño despacho" y al novato (que soy yo) le tocó la mejor mesa de todas, eso solo provocaba más burlas hacia mi. Recuerdo cuando empezaron a nombrarnos por orden de lista y al pobre Alberto le tocó sentarse detrás de una planta justo en una esquina. Ya es mala suerte. A penas se le veía y al principio todos se olvidaban de su existencia.

-Sí sí, pero dime qué pasa? - Empezaba a estar ansioso, nunca me llamaban del trabajo. Habría ocurrido algo?

-Nah, en realidad solo llamaba para confirmar si tenías todo preparado.

-Justo acabo de terminarlo, ya me dirigía hacia allá.

-Vale, y sabes dónde se situará cada uno de los mozos?

-Hmmm si, pero no puedo decirte qué persona irá en qué sitio porque no sé sus nombres. No me pasaron su ficha.

-No te preocupes, te la paso ahora mismo y así nos lo puedes explicar mucho mejor en la reunión.

-Hmmm okey, adiós.

*Fin de la llamada*

Cuando me llegan las fichas me pongo a inspeccionar cada uno. 

1º María                               (sexo: femenino)

2º Chicho                            (sexo: masculino)

3º Nando                            (sexo: masculino)

4º Cande                             (sexo: femenino)

5º Guille                              (sexo: masculino)

6º Borja                               (sexo: masculino)

Me quedo pensando por un momento... E-espera! Guille? No será.... no verdad? O tal vez si? No me lo creo... No, no puede ser. Ay dios mío... Le hablaré más tarde... No puede ser, me lo habría dicho...

Esperanza || Willyrex y túWhere stories live. Discover now