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La campana sonó.

Las curiosas miradas felinas se posaron rápidamente en la puerta, observando a una dulce muchacha quien entraba con una sonrisa en su rostro tratando de lucir amigable.

Para mala suerte de la joven, los dulces gatitos que traveseaban fueron ocultándose debajo de algunas mesas, trepándose en las torres que decoraban el lugar o simplemente ignorándola.

Frunció sus labios algo apenada.

—Bienvenida —Saludó gustoso un joven mesero desde la barra.

Handong hizo una pequeña reverencia y respondió: —Buenas tardes.

Buscó con la mirada un buen lugar donde sentarse. No había nadie, por lo que encontrar una mesa cómoda era trabajo fácil.

Halló una a lado de la ventana, decorada con unas flores cafés y un tierno gato dormido encima de la mesa.

Vaya esa mesa es perfecta —Pensó.

Sin dudarlo, caminó hacia ella con sumo cuidado, tratando de suavizar sus pasos para no despertar al gato. De repente un gato cae de una torre, gracias a sus ágiles reflejos no se lastimó, pero si provocó un gran ruido, despertando al tierno gato que dormía.

Desperezándose, saltó fuera de la mesa y caminó hasta quedar cerca del mesero, restregándose a él para que le dé mimos.

—¿Qué pasó Kookie? ¿Quieres que te acaricie?...

Handong se decepcionó un poco.

La joven castaña se sentó en la mesa sacando su celular y respondiendo a sus familiares que le deseaban un feliz cumpleaños.

Yoohyeon

¡¡Estás más vieja!!
Pronto te saldrán arrugas y
canas jjjjjj

CANAS VERDES.

JjajajsjsjJajjajsjaj.
De cualquier forma...
¡Feliz cumpleaños china!
Wo ai ni ♥️

Contestó el último mensaje y apagó su celular.

Pegó un pequeño susto cuando de la nada un gato saltó hacia su mesa.

—Hola gatito —sonrió, estirando su mano para acariciarlo.

El gato al verla se alejó, saliendo de la mesa y observándola desde el suelo.

—Michu, michu —llamó en un intento de que el gato nuevamente se acercara, pero solo terminó por espantarlo—. ¡No, gatito, vuelve!

Una pequeña risa se escuchó, llenando el local en eco. Alzó su vista para ver de que se trataba del apuesto mesero, quien se acercaba a ella. Sus ojos terminaron de posarse en el delicioso sándwich que traía en la mano derecha y unas pequeñas bolas cafés en la otra mano. Depositó el sándwich en la mesa y las croquetas en una servilleta.
Handong reconocía la comida para gatos, pero ¿Y el sándwich?

—Y-yo no pedí eso —corrigió nerviosa.

El cordial mesero mostró una sonrisa modesta y contestó: —Es para que alimentes a los gatos; la casa invita.

Aun así, esa respuesta no contestaba la incógnita a Handong. ¿Alimentar a los gatos con sándwich? Antes de que pudiera cuestionar vio como los gatos se acercaban coquetos a ella. Subiéndose a la mesa y otros pidiendo desde el suelo.

Handong rió.

Ahora si vienen...

Cogió algunas croquetas y empezó a darle a los mininos hasta que se les fue acabando. Algunos gatos se retiraron y otros solo se recostaron cerca de ella para recibir caricias.
El sonido de unas campanillas le llamó la atención, giró hacia donde venía el sonido, encontrándose a un hermoso siberiano color blanco con un collar rosado de campanas. 

El delicado gato se estaba acercando a ella, o al menos eso creyó. Pasó de su lado.

Handong pensaba que iba a seguir de largo, pero no se esperaba que aquel gato se sentara en la silla de adelante.

—Uh... —Cogió una de las croquetas tiradas en la mesa e intentó dársela, pero esta solo giró la cara.

—Ella es especial —Handong dirigió su mirada al mesero que acabó de hablar.

—¿Espec...? —No pudo terminar, porque cuando menos se lo esperaba aquella gata se transformó en una hermosa chica.

Ni siquiera pudo reaccionar cuando la ¿gata? ya tenía el sándwich en su mano.

—Vaya... ya me estaba muriendo de hambre —dijo casualmente.

Otra risa se escuchó. Confundida, Handong giró su rostro al mesero. Justo en el momento vio como el gato "Kookie" se transformaba en un humano.

—¡Gahyeon, déjame a mí también! —exclamó, corriendo hasta su mesa.

Con la boca abierta miraba a los ¿gatos? pelear por el sándwich.

—¿Qué se supone...?

—Son híbridos —La resplandeciente sonrisa del mesero brilló más, pero fue totalmente apagada cuando vio que Handong seguía teniendo el semblante confundido—. ¿No lo sabías?

Negó.

—Pero... si estaba en el cartel.

~CATFFE~ 

Ahora con gatos híbridos. 

—Uh...

Y otra vez la sonrisa apareció en el mesero.

¿No se cansa de sonreír?

—Jungkook, cariño. Ven te daré otro sándwich.

El gato pelinegro sonrió y corrió hacia el otro joven.

La hermosa siberiana sonrió.

—Al fin todo mío.

Mientras la pelinegra daba mordidas a su sándwich, Handong miraba cuidadosamente a la joven. Sus dulces cachetes que daban ganas de apretarlos y comerlos, sus finos labios manchados de mayonesa, sus brillantes ojos de inocencia, las pequeñas pestañas, y los obres negros como su cabello.

Gahyeon...

Los ruidos que hacía con la boca eran extremadamente tiernos. Ella era tierna.

Por el cabello rojo de Minji, ¡creo que me enamoré!

「𝐂𝐀𝐓𝐅𝐅𝐄 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora