Capitulo 1

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En el reino dragón gobernaba ahora Ember la nueva Señora Dragón, luego de que el antiguo Señor Dragón Torch, su padre, haya convocado a todos los dragones para que pasen el Reto del Fuego donde solo uno saldría victorioso; grande fue la sorpresa e indignación de Torch al ver que su hija había no solo participado sino también ganado ya que para ser un Señor Dragón se requería ser grande y fuerte, pero al final se disculpo con su hija por subestimarla y en un mes se dio cuenta que ella tenía grandes habilidades para liderar a los dragones, con solo saber eso el antiguo Señor Dragon Torch se sintió más tranquilo y pudo tomarse unas largas vacaciones ya que ser el Señor Dragón era estresante.

–Señorita Dragón Ember, los dragones del norte piden que su peticiones sean acatadas de lo contrario no darán parte de sus recursos para ayudar a los dragones del sur – dijo una dragona blanca de espinas azules, a simple vista se notaba que era mucho mayor.

Ember, la nueva líder de los dragones ahora se encontraba sentada en su trono de piedra sosteniendo el cetro en su garra izquierda. La expresión de su rostro era una mescla de aburrimiento y fastidio.

*Con razón mi padre se tomo tan rápido sus vacaciones* – una leve llama salió de sus fosas nasales.

Desde que había asumido el poder, solo le llegaban pedidos de las comunidades en las tierras de los dragones; algunos pedían más alimento y otros más oro y gemas. Siempre pedían, pedían y pedían pero nunca ayudaban. Fue un duro comienzo pero con perseverancia logro que por lo menos entre las comunidades hagan una especie de trueque, algo como "Hoy te ayudo yo, mañana me ayudas tú", lo aprendió esa vez con ese pequeño dragón Spike y sus amigas ponis, que cabe recalcar hasta ahora no los ha vuelto a ver.

De la nada su respiración se volvió mas pesada y su mirada comenzó a perderse, un leve vapor salía de sus fosas nasales y hasta comenzó a sudar. La dragona blanca que vio eso rápidamente se dirigió hasta una de las cavernas y al rato volvió con un pequeño frasco con un liquido verde oscuro, se lo entrego a la líder de los dragones que lo tomo y bebió de un solo trago, para luego soltar un pesado suspiro y volver a la normalidad.

–Maldito celo – murmuro Ember luego de que hiciera efecto la poción.

Todos los dragones a cierta edad entran en la etapa de celo y Ember no era la excepción. En ese momento ellos tenían que buscar una pareja para procrear ya que de no ser así, el celo se iba a volver cada vez mas fuerte hasta el punto de llevar a cualquiera a cometer un acto carnal con el que estuviera más cerca.

–Señorita Ember no puede seguir así, si lo prolonga solo se hará mas daño – le reclamo con si fuera una madre preocupada por su hija.

Pretendientes no le faltaban, hasta incluso muchos dragones se presentaron ante ella todo orgullosos como siempre eran los dragones, ofreciéndose a calmar su celo ya que todos los machos podían oler las feromonas emanando de ella, lo cual los incitaba a ganarse el titulo de pareja de la Señora Dragona.

Ember en cada ocasión los rechazaba secamente o hasta incluso obligaba a sus guardias que los botaran si el pretendiente se ponía terco como hace unas horas había pasado con un dragón rojo llamado Garble, el cual ni siendo cinco veces rechazado entendía que Ember no quería nada con él y mucho menos después de lo que paso en el Reto del Fuego.

–Soy fuerte, aguantare si es posible toda mi vida, ahora ten lista una hoja para redactar el tratado de paz entre ponis y dragones, lo eh prolongado mucho y ya es hora de hacerlo – menciono mientras se acomodaba en su trono y esperaba que la dragona blanca trajera las cosas encargadas.

A pesar de lo fuerte que era, sabía muy bien que solo era cuestión de tiempo para que sea consumida por su celo de dragón pero si eso llegara a pasar, primero se amarraría las alas y saltaría del risco más alto hacia una muerte segura que ser pareja de cualquiera de esos dragones por dos motivos. Uno era que todos ellos solo querían ser su pareja por su titulo, no importa cuánto intentara, los dragones de su reino aun eran ambiciosos eso era algo que no podría cambiar en tan poco tiempo, y lo segundo era algo más personal y es que ella... con su actitud ruda y fría, nunca... ¡Nunca! Aceptaría ser la dominada en una relación.

El celo de la Lord DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora