Capitulo 3

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La cabeza le daba vueltas a la dragona de escamas celestes que padecía para enfocar su vista.

—Mi cabeza — gimió al tratarse de levantar pero apenas si pudo moverse al sentir algo en sus muñecas y piernas — *Que rayos*

Ember se encontraba en una cama con sus extremidades amarradas en esta con lo que parecían lianas que sorprendentemente no se rompían por más fuerza que usara para liberarse.

—Fueron bañadas en una sustancia especial la cual aumenta su resistencia de forma abismal.

La Lord dragón al escuchar aquella voz se percato que no estaba sola y efectivamente, en el extremo final de la cama se encontraba una cebra que sentada en una silla la vigilaba atentamente teniendo entre sus cascos un frasco con una sustancia desconocida.

—¿Quién eres tú y porque te atreviste a someterme así, acaso no sabes quién soy? — pronuncio furiosa ya que como un orgulloso dragón que era ella, no se permitía que alguien la humille de esta manera.

—Eso es fácil de responder al solo saber lo que atreviste hacer — respondió Zecora mientras guardaba el frasco con adormecedor que no iba a necesitar.

—¿Atreverme hacer? A que te refie... — cayó en cuenta entonces lo que quería decir la cebra.

A pesar de lo nublado de sus pensamiento luego de salir de su reino, pudo armar en su cabeza todos los sucesos que habían acontecido y no ayudaba mucho la última imagen mental en su cabeza de un pequeño dragón morado mirándola con temor.

—Yo... yo... — de alguna manera creía que su celo le había hecho cometer lo impensable.

—A tiempo llegue a detenerte, antes de que hagas algo impertinente.

—De que estás hablando, es obvio que si hice algo, sino estaría aun con mi celo presente — exclamo molesta.

—Tu celo no desapareció por consumar tu acto con el pequeño dragón, sino por algo de mi intervención.

—Podrías explicar claramente y sin rimas que me desespera.

—Que te di una poción para aliviar tu celo — menciono simplemente la cebra mientras desataba los nudos de las lianas que tenían prisionera a Ember.

—Eso es imposible, ya intente con las pociones y apenas si alivian un poco los síntomas — dijo mientras se paraba para encarar a la cebra.

—Es comprensible aquello mas lo que yo te di ya iba trabajando mucho tiempo.

—Espera, déjame ver si entendí — la Lord de los dragones se sobo el hocico hastiada — en serio quieres que crea que estuviste trabajando en una poción para anular los efectos de un celo de un dragón cuando claramente no tenía un uso práctico para ti o cualquier poni a kilómetros a la redonda.

—Esa poción la iba a usar en alguien más, para ser más precisos en el pequeño que ibas a ultrajar — respondió como si nada la cebra.

Ahora era más claro para Ember, esa opción era para Spike y con mucha razón, si el pequeño llegaba a la edad del celo no iban haber dragonas a no ser que vuele varios kilómetros, pero hasta que eso pasara, lo más seguro es que las yeguas a su alrededor pagarían las consecuencias, después de todo un celo descontrolado te llevaba a hacer locuras.

—Bien creo que te debo agradecer poni rayado, gracias a ti mi celo llego a su fin así que puedo volver a mi reino — dijo Ember que sintió como se quitaba una pesada carga de encima.

—La poción de tu celo no te libró.

Esas simples palabras congelaron a la dragona.

—Pe... pero tu dijiste que...

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⏰ Última actualización: Feb 15, 2019 ⏰

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El celo de la Lord DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora