Volver a ser uno [ Riren / Ereri ]

Parte única

El frió abrazador que carcomía su alma; aquel que no le dejaba respirar con normalidad por la brisa helada que chocaba con su rostro, haciéndolo sonrojar suavemente gracias a la temperatura.

Gotas semejantes a la nieve comenzaron a caer mojando sus prendas, atravesándolas lentamente, filtrándose y mojando levemente su piel.

Tras una larga corrida para no terminar empapado, al final se encontraba bajo un techo de una parada de autobús, "quizás con suerte la lluvia pararía y podría llegar a su hogar para refugiarse de ese crudo invierno en el que se encontraba", pensó. Gran error, la lluvia no se detenía, en cambio aumentaba más y más, llegando a terminar siendo un torrencial.

Una silueta llamó su atención, esta termino formándose en la figura de un adolescente más alto que el, totalmente empapado, quien sin dudarlo dos veces decidió refugiarse bajo el techo junto al adulto que en efecto le doblaba la edad.

-Debí haber traído un paraguas- refunfuñó en un tono bajo el menor titiritando de frió, contemplado el bello paisaje intentando darse calor en sus manos frotándolas haciendo fricción, a lo que el contrario, ya exasperado, se quito la bufanda que traía puesta y de una bolsa una campera gruesa que recogió de la casa de la loca de su amiga al anteriormente haberla olvidado.

-Tsk! toma mocoso- gruñó levemente tendiéndole las prendas que, primero dudando, termino aceptando agradecido a lo cual rápidamente saco su ropa superior para cambiarse.

-Muchas gracias- susurraba el chico con los labios morados a lo que el otro suspiró acercándose para colocarla bien a la bufanda.

-No hay de que, después de todo eres solo un mocoso- murmuró en respuesta haciendo que el adolescente formara un puchero pero dejándose llevar por el calor que expulsaba el mayor y sin más termino abrazando al completo extraño que no dijo, extrañamente, nada sobre la cercanía; ya que ambos comenzaron a sentir una especie de "deja vú" al tenerse cerca el uno al otro.

Minutos pasaron y ambos no se soltaban, permanecieron compartiendo calor corporal sin hacer ningún comentario, la lluvia comenzaba a descender para finalmente dejar los alrededores en un silencio pacifico para cualquier ser presente.

Luego de no oír más la lluvia los cuerpos de ambos hombres terminaron separándose para sentir un vació atravesar sus almas, pero sin más y sin decir ninguna palabra se fueron alejando, siguiendo sus caminos en formas contrarias.

Un grito saco al adulto de sus pensamientos -Heichou!- resonó por las calles desoladas, distorsionando el silencio -Heichou!-otro grito mas mientras miles de imágenes pasaron por la mente del mayor quien quedó paralizado al volver a recibir aquellos recuerdos y sentimientos perdidos.

-Heichou!- gritaba el joven corriendo hacia el contrario, quien finalmente se había detenido y seguía de espaldas -Finalmente lo volví a encontrar, Heichou- mencionó el muchacho a lo que su anterior superior en su vida pasada giró.

-Tsk ya era hora, mocoso- finalizó para fundirse en un abrazo con el chico quien sin más comenzó a llorar, contagiando al otro, dejando a ambos llorar dejándose llevar por el recuerdo y los sementinos, ya que al fin volvían a estar juntos gracias al destino; tan traicionero, divirtiéndose al juntaros nuevamente para al fin dejarlos... Volver a ser uno.