No soy lo que deberia

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Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Marvel.
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Y ahí estaba, otra vez, observandolo desde su casillero, era una costumbre que se había, arraigado muy profundo en su rutina, pero ¡joder!, no podía (ni quería) cambiarla. El verlo desde lejos era una adicción, no podía evitarlo, sus hermosos ojos azules eran hipnóticos, lo atrapaban de tal manera que olvidaba hasta cómo se llamaba.

Si, como se podían imaginar, la distracción que Tony no podía evitar tenía nombre y apellido, era nada más y nada menos que: Steve Grant Rogers.

Sí , el estaba consiente que era una total locura, que él no era el alfa más agraciado de toda la preparatoria, muchos lo creían omega, pero, para él era lo más cercano a un ser mítico, con su hermosa piel aperlada, que invitaba a ser acariciada, su cabello rubio, con mechones dorados que se parecían a los primeros rayos del sol, su sonrisa, que dejaba sin aliento y esos ojos, ¡que ojos!, no creía que alguien fuese capaz de verlos y no sumergirse en ellos.

Todo en él le atraía de sobremanera, pero, vamos, como podía llamar la atención del alfa, si el mismo no parecía un omega, todos los omega, poseían una piel suave, sin imperfecciones, que invitaba a ser venerada por su perfección, sus rostros poseían rasgos suaves, femeninos y delicados, para gustar a cualquiera y su figura solía ser estilizada. Todo en ellos gritaba perfección y elegancia.

Pero en él no, a pesar de ser un omega de clase alta, era tan poco agraciado, como un elefante bailando, no poseía ninguna característica de su casta, solo su aroma lograba identificarlo como tal, su rostro con tan solo 14 años, ya mostraba signos de una barba, impropia en un omega, su piel no poseía esa textura aterciopelada, era áspera y grasosa, su cabello no era suave como la seda ni lograba acomodarlo de una manera adecuada, su físico lejos de ser proporcionado, carecía de formas, mas bien, era todo líneas rectas y bruscas a su parecer, lo único atractivo de él, eran sus ojos, una combinación entre el color de los de su padre y la forma y pestañas de su madre, pero la vida era cruel, esos ojos estaban tras unas gafas grandes y gruesas que ocupaban la mitad de su rostro.
Su vestimenta lejos de ser llamativa, moderna o tan siquiera linda, era aburrida, su guardarropa consistía en suéteres, camisas de tela lisa en colores neutros, pantalones de vestir, chalecos, corbatas y tenis que lejos de parecer modernos, solo le daban un aire de descuido.

No era capaz de cambiar, y por Dios que lo había intentado, en su armario estaban todos los jeans, playeras, chaquetas y zapatos que demostraban sus deseos de ser diferente, pero no lograba nada, compraba cuanto había en tendencia, pero simplemente cuando lo tenía puesto, toda ilusión desaparecía, su aspecto no llenaba el atuendo y sólo se miraba mal, no lo malinterpreten, estaba bien ser quien era, pero no significaba que encajara en el lugar que tenía asignado.

Interrumpiendo sus pensamientos, la campana hizo acto de presencia, anunciando el comienzo de clases, todos los alumnos caminaban al auditorio a recibir la correspondiente charla, y Steve no fue la excepción.

-Deberías de hablarle en lugar de acosarlo, o acosarlo de manera más discreta- y ahí estaba Bruce, arrastrandolo a la realidad, el era otro omega que no encajaba en el estereotipo de "perfección omega", su carácter era bastante introvertido, tenía una timidez inhata que lo hacía adorable, con sus relajados ojos marrones, sus gafas, un cabello castaño bastante alborotado, su afable carácter, y su aroma de flores del desierto, lo hacían una persona de lo más agradable y compartían su gusto por la ciencia aunque Bruce se dirigia más hacia el estudio de la biología y componentes químicos.

-No sería capaz Bruce, tendría un ataque de pánico antes de siquiera estar a 10 pasos de él- y pude escuchar la risa de Loki, el también es un omega, claro que era uno, tendrías que estar ciego, sordo-mudo y haber perdido el sentido del olfato para no notarlo, Loki era todo lo que nunca llegaría a ser, todo en el era estilizado, suave y bello, bueno, todo a excepción de su carácter, con su piel lechosa sin ningún defecto, sus ojos verdes grandes y redondos, su tono de voz suave y delicado, su cabello azabache que sólo lograba darle más luminosidad a su tez, su vestimenta tan impecable, una representación digna de la casta omega, lo único por lo cual no tenía a todos los alfas besando el suelo que pisaba, era su carácter. Poseía un manejo de la palabra, que cualquier orador envidiaria, pero lo complementaba con un sarcasmo e ironía difícil de tragar, el humor Negro Y mordaz que te daba escalofríos y comentarios tan satíricos que te hacia llorar, mezcla todo eso y comprenderás porque Loki estaba en el club de los "peros" o los "averiados".

Si, el club de los averiados, así los habían nombrado desde la primaria. Conformado por todos aquellos que no encajaban en la casta a la que pertenecían, bastante arcacaico, pero no esperaba más de los alfas con más músculo que neuronas funcionando.

- Ja. Ja. Ja. Muy gracioso cuernitos, me encantaría debatir el tema pero, tenemos que ir a la reunión del profesor Charles- y así nos encaminamos a la charla más humillante que te espera en la vida: pubertad en castas.

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Hola
Mi primer proyecto a largo plazo y el primero en publicar.

Me disculpo desde ya, por las faltas de ortografía o mis desvarío en la historia :3

Creciendo Juntos - StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora