Proyecto WG

Prólogo

Me desperté respirando pesadamente y sudando a pesar del frío que podía sentirse.

Malditas pesadillas.

Hace ya un par de meses que había empezado a tener pesadillas o asi las consideraba ya que no era lo mejor que haya visto en mi vida.

Sueños extraños en los que huía deliberadamente de algún tipo de bestia con ojos color carmesí, iba a una velocidad inhumana siguiéndome entre los siniestros árboles del bosque foresta estatal de Freetown.

En un pequeño pueblo perdido en Massachusetts, los antiguos habitantes de Freetown lo consideraban como sagrado y cuando el Estado lo compró en 1659 para convertirlo en pueblo pero una tribu (o mas bien una familia demasiado grande) llamada Wintch no lo habían querido aceptar y se dice que pusieron una maldición en el bosque.

Cuentan las lenguas de los alrededores que a cualquiera que entrara al bosque sería brutalmente asesinado por bestias horribles.

Y la duda entraba ahora...

¿Porque carajo estaba yo en ese bosque y porque esa maldita bestia que no podía ver realmente por tal tremenda oscuridad me estaba siguiendo?

Es la duda que me había estado persiguiendo desde hace dos meses.

Un estridente trueno me sacó de mis pensamientos, la tormenta no parecía querer ceder ante nada y aparentaba no tener un fin, un chaparrón de agua caía con intensidad que de tan solo ver por la ventana ya me sentía mojado, sin contar el frio exagerado que hace.

Froté mis brazos tratando de entrar un poco en calor, estaba hastiado del frío y ansiaba poder escaparme a algun lugar del eterno verano con sol y playa en exceso.

Pero soñar en eso se veía incluso lejano, casi nadie logra salir de este pueblo maldito. Al menos no por mucho tiempo.

Me revolví el cabello tratando de despertar del todo ya que tampoco podría seguir durmiendo y me decidí por darme una larga ducha.

Verme en el espejo siempre fue realmente satisfactorio, estaba conforme con mi cuerpo y me sentía bien con el, siempre fui ese tipo de chico que es seguro de si mismo y que incluso presumía de mi físico que muchos lograban envidiar.

Pero ahora me resultaba todo un reto, mis ojeras me superaban, cada vez me veía mas pálido y mis ojos habían perdido un poco de su brillo natural.

Di un largo suspiro y empecé a quitarme la ropa.

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