Evita el Amor.

El qué se enamora pierde.

–Logan se despertó en la recamara de Ximena, abrió los ojos, y levanto la sabana para ver el cuerpo de la hermosa chica de anoche.

–“¡Ah! ¡No jodas!” –dijo Logan susurrando para no despertarla.

–Se apartó de ella y corrió a la sala para así poderle llamar a Daniel.

–¿Hola? –dijo daniel al momento de contestarle a logan

–Hermano, estoy en problemas. –dijo Logan susurrando para no despertar a la chica.

–¡Si! Yo también tengo un problema, ¡tengo ganas de orinar, y no puedo porque tengo una erección del tamaño de la torre Eiffel!

–¡Me tire a un trans! –dijo logan elevando un poco la voz.

–Aguarda... ¿Qué hiciste qué? –dijo daniel en un ataque de risa.

–Rayos ¡te veo en tu apartamento! ¿si? Estoy… ¡estoy frustrado! Y tampoco sé nada de marco.

–No estoy en mi apartamento, pero está bien, te veo allá. Yo tampoco sé nada de marco. –dijo daniel ya un poco reocupado.

“demonios” – se dijo Logan a si mismo mientras se ponía el pantalón y los zapatos.

–¡Ah! Hermano, que asco. –dijo Daniel al ver a marco desnudo encima de la mesa de centro de su apartamento.

–¡Daniel! ¿Qué rayos hago aquí? –dijo marco poniendo sus manos en su cabeza.

–La verdad no sé, pero… ¿Por qué estás desnudo? –dijo Daniel entre risas. – ¿Y qué es esto? –levantó una revista que se encontraba en el suelo. – Espera… ¿Qué hace una revista porno en el suelo? – Daniel comenzó a reír a carcajadas.

–¡Dame eso! – gritó marco y le arrebató la revista, se levantó de aquella mesa de madera de pino con base de cristal.

–No te avergüences, no a todos les va tan bien que digamos…

–¡Cállate! Mejor dime donde rayos se metió logan. –dijo marco mientras se ponía los calzoncillos.

–Al escuchar a marco preguntar por Logan, Daniel se desató a carcajadas, y Marco lo miró con cierta duda.

–¿Qué es tan gracioso? –dijo marco poniéndose calzoncillo que se encontraba encima del televisor en la sala de Daniel.

–Créeme, si alguien tuvo acción en la noche… Ese fue logan – dijo Daniel entre risas, sentándose en el sofá.

–¿Ah que te refieres? –preguntó marco poniéndose el pantalón.

–Qué te diga el mismo cuando lo veas. – Daniel se levantó del sofá y sirvió tres tazas de café, puso la mesa, colocó tres sillas, y después se dirigió al baño.

–¡Diablos! –Gritó Daniel al abrir la puerta del baño.

–¿Qué pasó? –dijo marco mientras corría al baño para ver por qué gritó Daniel.

–¿! ¿¡Qué rayos hace un condón usado pegado a la pared!?

–¡Perdón! –dijo marco agarrando el condón y llevándolo a la basura.

–¡Enfermo! –Daniel cerró la puerta del baño

–Entonces déjame ver si escuché bien ¿Te cogiste a un trans? – dijo marco carcajeándose a la par de Daniel, que no podían creer lo que le había pasado a logan.

–Eso creo. –le respondió logan tomando un trago del café.

–¿Y porque no le preguntaste si lo era?

–Ja, Ja, Ja. –dijo logan irónicamente,

–Marco, cuéntanos sobre la chica de anoche ¿Qué pasó? – dijo Daniel volteando a ver a marco, que estaba mordiendo una de las galletas que había en la mesa.

–Hablamos un rato, nos reímos de ustedes, y antes de irse me dio su número. Definitivamente es el tipo de chica con la que me gustaría salir. –dijo marco.

Daniel y logan se quedaron en silencio un rato.

–¿Qué pasa? –preguntó marco.

–No vayas a caer de nuevo. –dijo Daniel.

–¿Caer? ¿En qué? – Marco lo miró un poco confundido.

–Enamorarte de nuevo. –logan se levantó un poco frustrado de la silla.–Si sales con ella, es porque solamente te la vas a tirar, y le dirás adiós.

–Pero…

–Pero nada. –dijo logan interrumpiéndolo. – no queremos volver a perder a nuestro mejor amigo por una chica.

–¡Tengo una idea! –Exclamó logan.

–¿Cuál? –Preguntaron marco y Daniel al mismo tiempo.

–El primero qué vuelva a enamorarse de una chica, tendrá qué correr desnudo por el centro. ¿Qué les parece? – dijo logan mirándolos a ambos levantando ambas cejas y sonriendo.

–¡Por mi está bien! –dijo marco poniendo su mano extendida encima de la de logan.

–¿Daniel? –preguntaron logan y marco, volteando a ver a Daniel que se encontraba un poco pensativo.

–¿Daniel? –volvieron a preguntar.

–¡Perfecto! –dijo Daniel después de volver del trance que lo tenía completamente absorto en sus pensamientos, y puso su mano junto a la de ellos.

–¡Trato hecho! –elevaron la voz los tres al mismo tiempo.