нιяσ, ησ ℓℓσяεs, ρσя fαvσя.

382 56 10
                                    

Narrador Omnisciente

Las calles terrosas de Santa Cecilia, eran en donde cierto joven de piel porcelana, orbes oscuros opacos, cabellera azabache y alborotada, caminaba sobre ellas, entre las calles en compañía de su único familiar y sus amigos.

Su mirada baja y el porte molesto, era una muestra que a simple vista no deseaba estar en aquel país y mucho menos en el pequeño pueblo que pisaba en esos momentos.

Recuerdame, hoy me tengo que ir mi amor, recuerdamese escuchó el cantar del joven al pasar de lado de él, junto con sus amigos — No llores por favor, te llevo en mi corazón y cerca me tendrás, a solas yo te cantaré soñando en regresarla voz se apagaba gracias a que él se alejaba poco a poco de ellos.

Su canto angelical fue lo que hizo que Hiro volteará a verlo de reojo. Un sentimiento de melancolía se apoderaba de su cuerpo, golpeando dolorosamente con su pecho, no quería seguir llorando, no deseaba derramar lágrima alguna.

Tragó saliva con dificultad, pues era el nudo en su garganta que le sofocaba al momento de que su saliva pasará por su garganta, quemando esta al pasar.

Volteo sobre sus talones, viendo como el chico de edad aparente, con suéter rojo, con franjas blancas, pantalón de mezclilla y botas cafés, se alejaba en compañía de un can a su lado y del otro un pequeño gato negro con escasa manchas blancas.

Rescuerdame, aunque tenga que migrar, recuerdame, si mi guitarra oyes llorar, ella con su triste canto te acompañará. Hasta que en mis brazos tu estésRecuerdame — escuchó débilmente las últimas estrofas, mientras sus lágrimas caían de sus orbes con dolor.

¿Por qué con una solo canción se doblegó y dejo caer sus lágrimas?

¿Por qué de nuevo el sentimiento de dolor lo invadía, si ya lo había superado?

¿Por qué su hermano tuvo que sacrificarse en vano?

¿Por qué seguía doliendo tanto?

Había caído de rodillas, su llanto alarmó a sus amigos y su tía, quienes torpemente intentaban calmar a Hiro. Pero simplemente no podíanera inútil sus intentos de calmarlo.

Tadashi, ¿Por qué dejaste solo a tu hermano menor? Esta sufriendo, sufre por tu muerte, sufre por quererte, sufre… por haberte amado alguna vez.

Pequeño chico de nombre Miguel, vuelve a cantar aquella canción, solo puedes calmar al joven genio que lloraba desconsolado sobre la tierra. Por favor Miguel, vuele a cantar, calma a esta pobre persona que no puede dejar ir a su amor prohibido.

Continuará…»

ησ εsтαs вιεηDonde viven las historias. Descúbrelo ahora