Nunca me olvides

II

Reparto de temas finalizado
Todos se veían felices con sus dúos, cada uno fue a ensayar con su respectiva pareja

En la sala del piano estaban Alfred y Marina cantando su canción
-¿Dormiste bien esta noche?
Preguntó Marina con su acento alegre a Alfred
-¿Por qué lo dices?
Respondió Alfred riendo
-Os oí a Amaia y a ti murmurar casi toda la noche
-Bueno, pero era para conocernos
-Yo creo que pegáis
Alfred miró con los ojos abiertos, a los segundos cambió su cara por unas carcajadas que inundaron la sala
-¿Qué dices? Apenas llevamos dos días aquí dentro y ya empezamos con las parejas...
-Mira Aitana y Cepeda, desde el primer momento todos han dicho que hacen buena pareja, ahora tienen un dueto juntos, va a arder el escenario de las chispas que van a echar. Y vosotros dos, echabais chispas esta noche, se os veía felices a pesar del cansancio
-Ya, bueno... pero sólo nos estábamos conociendo
-Yo tengo buen ojo para las parejas, y lo digo hoy
Después de eso Marina comenzó a reírse y ya volvieron a ensayar la canción.

Y en las cabinas, estaban Nerea y Amaia ensayando
-Buah, me encanta esta canción en serio
-Y a mi, aunque me gustaría una en inglés
-A mi me encantaría en serio, pero me conformo
Se empezaron a reír
-Mira, por ahí van Cepeda y Aitana
-Jo, que monos, buah, yo también quiero tener un mejor amigo o novio músico
-Yo creo que le vas a encontrar, eres música pura y dura, cuando encuentres a uno, te lo ganas solamente con cantarle una estrofa
-Ai jo muchas gracias de verdad
-A lo mejor encuentras a tu amor aquí en la academia
-No creo, que vergüenza, además que estamos rodeados de cámaras, me daría mucha vergüenza
-Bueno, quién sabe. Al final, seguramente ni nos demos cuenta de que hay cámaras y nos soltemos
Amaia intentó cambiar de tema rápidamente para seguir con la canción

Cuando llegó la hora de la merienda , todos pararon de ensayar y se dirigieron a la cocina.
Había gente por todas partes; habitaciones, cocina, salón, pasillos...
Alfred se iba a ir a la terraza a tomar el aire, pero se fijó en que la puerta estaba entreabierta. Asomó un poco la cabeza y pudo escuchar una guitarra, esa melodía le sonaba de algo pero no conseguía dar con qué canción
-Què et semblarà aquesta cançó, Mireia?
Què et semblarà?
Esa voz, dulce, suave, perfecta, provenía de la pamplonica. Y esa canción de Judit Neddermann, que Alfred conocía tan bien. Le sorprendió a el chico que una chica de Pamplona conozca a una cantante tan local que casi ni en Barcelona era reconocida.
Cuando la chica terminó la canción Alfred decidió salir de su escondite, Amaia se dio cuenta y dejó de cantar y tocar
-Buah que horror, que vergüenza
-Me gusta tu versión de Mireia
-¿Me has escuchado?
-Atentamente
Dijo el chico con sonrisa, ella iba a contestarle, pero el chico cogió la guitarra y empezó a tocar la misma melodía
-¿No me sigues?
-Alfred para ya jo. Que vergüenza de verdad ¿Qué hacías espiándome?
-No te estaba espiando, solo vine a la terraza, y no quise frenar tu concierto privado
Dijo el chico siguiendo tocando el mismo compás
-¿Entonces no me vas a seguir?
-Alfred de verdad, si quieres para otro día pero ahora no de verdad
-Aplazaremos el concierto
El chico dejó la guitarra apoyada en la cristalera, abrió la puerta de cristal y se giró para despedirse de la chica que seguía sentada en el sillón avergonzada por todo lo que acababa de pasar
-Adiós, tití
El chico cerró la puerta cuando abandonó la terraza y la chica poco a poco se le iba quitando su tonto rojo y se cambiaba a una sonrisa boba.