Fangirl «vhope»

05

Desperté esta mañana hecho un asco, la cruda estuvo de la verga. Y lo peor de todo fue que desperté en otra casa, en el piso durmiendo con tan sólo una cobijita toda pobre, de esas que dan más frío que calor. Bueno, realmente me pudo ir peor y haber terminado en la cama junto a alguien, y aunque ustedes piensen que terminar así es mejor, déjenme decirles que quiero mi culito virgen.

Me enderecé, y pude ver que estaba en casa de JungKook, reconocí su habitación de inmediato al ver las paredes blancas, todo ordenado y el póster gigante de Justin Bieber sin camisa —que bien parecía de esos cargadores de Coppel que te llevan el refrigerador a tu casa— pegado en la pared. Me alivié un chingo, y me senté en el piso viendo a Kook y Yoongi juntos en la cama del primero, y Nam parecía pinche calzón en tendedero, todo desparramado en una silla. Esto me recordó a cuando era niño meco en la primaria, cuando en las pijamadas de mis amiguitos yo era el primero en despertar y ahí andaba, media hora como pendejo esperando a que otro niño se levantara. Créanme que esto era casi lo mismo, nada más que no eran niños, sino weyes con una cruda impresionante que, o bien estaban dormidos, o desmayados de tanto tomar cochinadas.

Si me preguntaran ahora si recuerdo algo de la noche pasada, les podría decir que de las pocas cosas que recuerdo, está ese momento del juego del papelito, ikonik. De seguro más tarde me darán flashbacks, o llegará alguien a decirme "No mames HoSeok, estabas bien pedo ayer, wey" y probablemente contarme todas las estupideces que hice mientras estaba pedísimo. Por que sí, estoy seguro de que tomé un chingo porque mi cabeza está hecha un asco.

Lo que más me interesa saber es cómo llegamos a la santa morada de Jeon JungKook. Me asomé por la ventana —que daba a la entrada de su casa—, y vi el auto de NamJoon además de otros más que supuse eran del resto del vecindario o yo qué sé. Debo admitir que el barrio de Jeon está bien bonito, o sea, de esos condominios mamones con gimnasio y alberca, me dio un poquito de envidia porque lo más cercano a una piscina por mis rumbos es un tinaco, y el gimnasio de la cuadra donde van todos los weyes que se creen mamados.

Me empecé a incomodar un montón porque estaba todo aburridote, despierto mientras los otros huevones estaban dormidos, además de que la cabeza me dolía horrible y fui un pendejo por haber abierto la ventana, toda la luz me llegó directo a la jeta y me sentí como vampiro sexy de Crepúsculo.

—HoSeok, vuelve a dormirte, no mames— les juro que mi piel se erizó horrible por la voz toda grave y rasposa de NamJoon, di un saltito y me volteé hacia él, quien seguía como calzón en tendedero pero ahora despierto—. Son las... Emm, ¿traes la hora?

—La hora no se puede traer, san pendejo— busqué en la habitación de Kook algún reloj, despertador, algo, pero no encontré—. Y tampoco sé qué hora es.

—Para algo te pago, esclavo— me reí de las estupideces que dijo, y él se levantó de esa silla , estirándose como señora en clase de zumba—. ¿Estuvimos en la misma habitación que JungKook y YoonGi juntos en una cama?

—Supongo, y no sé por qué no tengo traumas— contesté y él hizo cara de asquis—, y tampoco es que me queje.

—Jeon debe tener comida, tengo hambre, acompáñame a la cocina— creo que a NamJoon nunca se le había ocurrido algo tan brillante en su vida como vendedor de cocos en Acapulco, así que obviamente le seguí hasta la cocina para tragarnos, al menos, la mitad de la alacena de Kook. Porque sabíamos que JungKook tenía dinero, y sus padres siempre compraban la cosas más chingonas.

Que ahora, por cierto, ¿dónde estaban sus jefesines?

Le pregunté a Nam cómo vergas habíamos terminado acá, pero tampoco me pudo responder, de hecho creo que estaba más perdido que yo. Uy, pobresín. Tengo la teoría de que después de lo de Tae y el juego del papelito, salí corriendo al auto de Nam y me encerré ahí, y del resto no puedo formular nada porque me abandonaron en la fiesta. Podrán reírse de mí, pero soy perfectamente capaz de hacer eso, y me preocupa un poco.