Antígona Eclipsada [JohnYong]

🌒 ANTÍGONA ECLIPSADA 🌒

Antígona Eclipsada

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Born

Hace algunos años atrás, cuando el príncipe YoungHo llegó a palacio por primera vez, había llevado consigo únicamente ropas harapientas y un pequeño collar que tenia apariencia de talismán, sus pies descalzos ennegrecidos y los ojos de un viejo que ha pasado por mucho dolor.

Su madre, una mujer del harén que fue desechada por el rey cuando no pudo acabar con la vida de un hijo bastardo, murió de una fuerte tos una madrugada, dejándolo solo y desamparado. Se creyó que su deceso se debió al trabajo excesivo en el campo de cultivo hasta altas horas; adjuntando la fatiga constante en su frágil cuerpo que no estaba acostumbrado al trabajo obrero, pero YoungHo estaba seguro que también había estado enferma del alma desde que fue desechada como menos que un perro de la presencia del rey. Sin tener un hogar al que pertenecer, fue llevado por la brisa a donde sea que tuviese un cobijo seguro. Robaba y peleaba con los demás niños huérfanos para poder vivir un día más, usando su altura superior como una ventaja.

Esa etapa de su vida no duró más de dos años, cuando en todo el reino – de norte a sur y de este a oeste – se comenzó a escuchar sobre la recompensa por encontrar al hijo perdido del rey. Un bastardo sin cobijo que llevaba en su sangre un linaje real. YoungHo interpretó toda aquella situación como lo que era: una forma de manipular a las masas y hacerles creer que su rey era generoso y que se preocupaba por los suyos.

Y pensando en sus intereses y un futuro mejor, se acercó con sus propios pies a la magnífica edificación, presentándose a sí mismo como Seo YoungHo, el hijo bastardo del rey Lee.

Para cuando usó los ropajes de la realeza, había cumplido los ocho años y el rey ya tenía un hijo legitimo con una mujer de la alta alcurnia, el niño de nombre Jeno tenía los ojos como dos rendijas, era rechoncho y de aspecto adorable.

Lo seguía a todas partes, pero su naturaleza cuidadosa y solitaria terminó asustando en más de una ocasión a Lee Jeno, quien estaba entrando en la etapa de las travesuras.

Poco después la consorte del rey tuvo que partir a sus tierras, las inclemencias del clima habían hecho que enfermara rápidamente y el rey no tuvo más remedio que enviarla a su ciudad, donde los médicos y familiares podrían hacerse cargo de ella adecuadamente.

Lee Jeno, el futuro rey, también partió junto a su madre durante la noche.

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Raise.

No creció como un príncipe.

Nunca se sintió un príncipe en realidad.

Las espadas y el rigor militar lo mantenían ocupado durante las mañanas, estudiando estrategias, memorizando las fronteras y las normas infranqueables que no debían ser omitidas por ninguna de las partes, aprendiendo nombres de personas ilustres para las encomiendas diplomáticas que se pudiesen presentar. El, alguien con sangre superior en sus venas, apenas era un simple soldado que comía tierra en los entrenamientos y era insultado y escupido como todos los demás.

Su piel se tornó dorada bajo el incandescente sol y los músculos fueron formándose en los lugares necesarios. Tomó costumbres útiles y unas que otras aficiones de mal gusto debido al tiempo que invertía en las tropas junto a muchos soldados que eran simples ignorantes con necesidades demasiado grandes.

Aprendió sobre la pasión apenas cumplió los quince años, sintiéndose atraído por una de las concubinas más jóvenes del harén de su padre – compartían la misma edad y la muchacha se veía demasiado inocente y dulce. -  La volvió suya poco tiempo después, y aunque no fue como YoungHo lo había imaginado en el estricto sentido de la palabra, fue agradable y placentero.