Todo en mi vida era normal antes de conocer a Erick, a penas había comenzado a estudiar la preparatoria en una escuela privada, no porque así lo hubieran querido mis padres, si no porque no había podido ocupar un lugar en una escuela pública y realmente a mi tampoco me gustaba tener en la cabeza que mis padres tendrían un gasto extra, pero no había alternativa.
En esta escuela todo era tranquilo, ya tenía un grupo de amigos con los que pasaba el rato durante clases y a la hora del almuerzo, que poco a poco irás conociéndolos; así como lo conocí a él.
Mis clases iban normal, no era una alumna ejemplar pero me esforzaba, hacia lo justo para poder pasar todas la materias y así no arruinar mis vacaciones viniendo a cursos de recuperación, trataba de llegar a tiempo a todas las clases, hacer tareas y proyectos pero a veces aunque me esforzara demasiado, sacaba una nota para una persona que se conforma con lo que tiene. Lo que fue mi primer error con Erick.
En ese entonces, estaba Daniel, un chico moreno, de estatura promedio y con un gran gusto de cuestionar todo sólo para molestarte, el cual de vez en cuando se dejaba crecer la barba y pasaba mucho tiempo a mi lado porque nos llevábamos muy bien a pesar de no estar en la misma clase. Y así como nosotros dos pasábamos mucho tiempo juntos, también lo hacíamos con unos cuantos chicos y chicas más con los que hubo una temporada donde eramos muy unidos, nos veíamos en los almuerzos y después de clase o a veces en la biblioteca mientras consultábamos unos libros o perdíamos el tiempo.
''Eh, Nath, tomas el autobús, ¿cierto?'' Me preguntó Daniel al encontrarnos por el pasillo principal de la escuela después de que el timbre sonara para dar inicio la hora del almuerzo.
''Sí, como todos los días, ¿por qué?'' Pregunté mientras entraba a la pequeña cafetería escolar con mi mochila sobre un hombro buscando con la mirada una mesa vacía.
''Me voy contigo, hoy no vendrán por mi así que creo que voy a tener que acostumbrarme a tomar el autobús de vez en cuando'' Decía mientras me seguía entre las mesas.
''Claro, sólo no me hagas esperar demasiado después de clase, tengo el tiempo contado para llegar a casa'' Dije abriendo la mochila buscando mi almuerzo que casi siempre constaba de un sándwich y un jugo.
La charlas con Daniel eran muy triviales y si no había de qué hablar, era cuando empezaba a cuestionar todo y en verdad me sorprende mi nivel de paciencia a veces ya que una vez duró cuarenta y cinco minutos haciéndome preguntas tal cual niño de cinco años hambriento de información. Y así eran mis días de escuela, pasar los cinco minutos entre cada clase hablando con Daniel, buscar una mesa en la cafetería y esperar su llegada y la de los demás chicos que ahora mismo se los presento, tendrás que recordar sus nombres hasta que llegue a la parte del cambio de escuela que después te iré contando, a penas estamos iniciando esta historia, ¿o en realidad es un prólogo? Quién sabe.
Bueno, comenzaremos con Marco, un chico tímido, pálido, ojos verdes y muy alto que rápidamente decidió entrar al equipo de básquetbol de la escuela, era callado hasta que se le ocurría un gracioso comentario de lo que estábamos hablando en ese momento. Después está Emilia, a ella la conozco desde la secundaria, una chica risueña, con sonrisa perfecta, baja estatura y muy buena bailan. Cristopher, un chico delgado, con talento para escribir, bailar y gran sentido del humor. Julia, una chica tierna con su lado perverso, risueña, leal y en ese entonces con la chica con la que más hablaba de mi clase, rubia y antes de Erick, con unos kilos de más. Mónica, una chica morena con el pelo muy largo, amable y de estatura promedio. Miguel, un chico gracioso, recolector de memes, y que le gustaba bromear de la gente que no sabe hablar inglés cuando estamos junto a linea fronteriza. Ariana, una chica de baja estatura, risueña, amable, tímida y con gran gusto musical. Y por último, Julieta, una chica delgada, alta, con una gran voz y también muy graciosa para cualquier tipo de situación. Ese era nuestro grupo antes de que llegara Erick a nuestras vidas.
Nuestro ciclo escolar había iniciado en Agosto, con clases rápidas, muchas presentaciones innecesarias y un par de películas sobre los temas que estábamos viendo en clase. Septiembre fue parecido, aunque yo estaba teniendo problemas con la clase de Matemáticas; bueno, siempre los he tenido, no me gusta esa clase, así que decidí pasar un poco más de tiempo en la biblioteca durante el almuerzo para estudiar cosa que era a veces difícil cuando Daniel estaba al rededor porque el no quería estudiar, el quería hacerme miles de preguntas innecesarias mientras intentaba concentrarme.
''¿Por qué estudias?'' ''Y ¿Por qué?'' ''Y ¿Para qué?'' eran las más frecuentes que escuchaba salir de su boca solo para alargar más el interrogatorio-tortura.
Después de unas semanas de estudio en el almuerzo, habían anunciado la fecha para el siguiente examen de Matemáticas lo cual hizo sentir amenazado a Daniel y me pidió prestado mi libro para estudiar y como yo ya no lo necesitaba tanto, se lo presté; y justo después de eso, llegó Octubre. El mes en el que lo conocí, no sabía si el estaba en la clase de Daniel desde el inicio de clases pero eso en realidad no importaba, porque ya había llegado a mi vida como si fuera lo que necesitaba en ese momento.
A pesar de todo lo ocurrido, nunca voy a lamentar haberlo visto ese día del mes de octubre usando un gorro sobre su cabeza. Por primera vez había sabido como se sentía quedarse sin habla al sorprenderse o el estar nerviosa por algo, un sentimiento que espero algún día volver a sentir. Ahora que lo pienso, ¿cuenta como amor a primera vista?
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Adiós, amor | Nath R.
RomanceAcabo de despedirme de la persona de la cual estaba perdidamente enamorada porque creo que es lo mejor para mi. Pero no es una despedida si en realidad no saco todo lo que tengo adentro, mis recuerdos, mis llantos, mis risas, mis vergüenzas y cada e...