un poema. nada más

28 6 4
                                    

Llueve.
Llueve sobre la ciudad de mi alma.
Mi vista se pone gris como el cielo y no puedo ver nada; no es blanco ni negro, sólo gris.
Aquel viento recio arranca lo último que queda de mi alma destrozada
A la gente le gusta pensar que después de la tormenta viene el Arco iris y que eso los completará. Pero no. Para algunos la tormenta no frena
Pero sin embargo, yo soy de aquellas que pensaban que la tormenta para y que el arco iris brillaba en el alma y que el azul del cielo convertía los escombros en murallas fuertes. Pero no
Y como siempre me dije a mi misma:
Te lo dije, todo es mentira

nostalgiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora