Louis conoció a Harry una fría mañana de jueves. El más joven entró a las apuradas al ascensor de su complejo de apartamentos, y se chocó con él.
"¡Oops! ¡Lo siento!" exclamó el rizado, ojos muy abiertos, asustado.
"Hola." murmuró Louis.
"Dios, lo siento tanto, ¿estás bien? Normalmente no soy así de torpe, pero estoy atrasado y me pongo así cuando estoy en un apuro y en serio lo sien-"
"Está bien, estoy bien."
Louis le dio a Harry una pequeña sonrisa y apartó la mirada, justo cuando el ascensor se detuvo. Cuando se abrió la puerta, habló. "Soy Louis."
Harry estaba sorprendido, pero respondió con su propio nombre para luego salir casi corriendo del edificio. Por el resto del día, mientras estaba en la universidad, no pudo sacar a Louis (y sus hermosos ojos azules, que él no quería admitirse a sí mismo) de su cabeza.
-
Se encontraron de nuevo en el ascensor esa misma noche. No dijeron nada más que "Hola" y "Adiós". Esto se repitió por días, porque de algún modo siempre terminaban en el ascensor juntos. Y, después de un tiempo, sus conversaciones comenzaron a ser más largas y, a veces, incluso se quedaban en el ascensor más que lo que necesitaban, porque les gustaba la compañía del otro. Tenían pequeñas y tontas conversaciones cada vez que se veían.
"¡Por fin es viernes, Hazz!"
"No quiero decepcionarte, pero es martes, Lou."
"¿Qué mierda, Hazz?"
Y Harry se reía de cada una de las bromas que Louis hacía porque lo encontraba graciosísimo, incluso cuando el chiste no daba gracia. Y también trataba de hacer algunas bromas por su cuenta, y pasaba toda la noche buscando un chiste suficientemente divertido, queriendo nada más que escuchar la hermosa risa de Louis que él había aprendido a amar en el poco tiempo que llevaba conociendo al más pequeño pero a su vez más grande chico.
-
Y Harry algunas veces entraba al ascensor con bolsas llenas del supermercado y Louis, siendo el caballero que siempre es, lo ayudaba a entrarlas al departamento. Cada vez que hacía eso, se quejaba de qué estúpido era para él ser un chico de veintitrés años y no poder preparar ni un tazón de fideos. Y desde que dijo eso, encontraba cada mañana un tupper con los restos de la comida de Harry. Eso se convirtió en una especie de hábito (aunque ninguno lo sabía aún).
-
Una mañana en particular, Harry no se presentó en el ascensor y Louis subió y bajó numerosas veces, olvidándose de llegar tarde al trabajo. Se paró frente a la puerta de Harry porque estaba preocupado por él, y el rizado lo recibió en unos pantalones de pijama enormes, con el cabello desprolijo y la nariz irritada (Louis no iba a mentir, encontraba a Harry totalmente adorable de ese modo). Ese día, Louis faltó al trabajo, hizo sopa (que aprendió de Harry cómo prepararla, una noche de viernes que se sentía demasiado solo) y se quedó con el chico enfermo.
Y cuando Harry se durmió en su pecho, Louis se dió cuenta de lo mucho que se había enamorado de él. Y tal vez se lo confesó un mes más tarde, y tal vez después de tres, dejó que Harry se mudara con él a su apartamento ligeramente más grande. Y tal vez se casaron dos años después, Louis teniendo 25 y Harry, 23. Y, tal vez, vivieron felices para siempre en el mismo complejo de apartamentos, subiendo y bajando por el mismo ascensor todos los días, juntos, con sus manos entrelazadas.

ESTÁS LEYENDO
elevator ; l.s. (OS)
Short StoryLouis y Harry se conocen en el ascensor, y se enamoran allí también. -- Adaptación y traducción de una idea de Tumblr.