A veces me pongo a reflexionar, la vida es tan solo un instante, naces para morir. Pienso que tal vez algunos ya tienen su vida destinada a ser personas brillantes y exitosas, otras a ser las personas tímidas escondidas dentro de un oscuro cuarto llorando, tratando de ser mejores, tratando de superarse sin lograrlo.
Las personas no son perfectas, algunas no lo son por ser hipócritas, ignorantes, envidiosas... y yo no soy perfecta por cometer error tras error.
Me encontraba esperando a Valentina bajo la sombra de un árbol, el aire soplaba lento, y las hojas lentamente caían del árbol, me sentía nerviosa por ella, había tenido una mala semana, un mal mes... una mala vida. De repente me enojaba tanto, ¿por qué justamente la persona más buena que había conocido debía de sufrir tanto? Miré hacia abajo contando las hojas que caían, sentí una mano en mi hombro y volteé sonriendo.
¡Valentina! - sonreí ampliamente levantándome para cobijarla con mis brazos y hacerle sentir que había alguien con ella, me apretó y encajó sus dedos en mi espalda, mientras mojaba mi hombro con sus lágrimas. Me aferré a ella hasta que me soltó.
Todo ha ido de mal en peor - dijo mientras nos sentábamos sobre el pasto
¿Ha sido Nicolás de nuevo? ¿Qué te ha hecho ese infeliz? - dije con rabia
No, ya no he hablado con él hace meses, supongo que se ha encargado de alejarse de mi desde que obtuvo lo que quería, una noche - volteó hacia abajo rompiendo algunas hojas del árbol, pero continuó - Mis papás me gritan lo inútil que soy, lo fácil, me dicen que no valgo nada.
Pero eso no es cierto - interrumpí - Tu eres una persona maravillosa y ...
Ellos no piensan eso - llevó las manos a su cara - Pero por fin tengo el valor de solucionarlo todo
¿Qué harás? - pregunté preocupada
Me suicidaré - sonrió
¿A caso estás loca? ¡Eso es cobarde! - rodé mis ojos y regresé para mirar sus verdes ojos cubiertos de lágrimas
Qué ironía, ¿no lo crees? Un acto de cobardía que solo un valiente haría - dijo.
Esa fue la última vez que escuché su hermosa voz, la única voz sabia y tranquilizante que conocí, mi única amiga, la noche de su muerte, lo perdí todo. Recibí una llamada de su prima llorando y me dijo que Valentina se había suicidado, colgué y mi cuerpo me dominaba, comenzó a temblar y las lágrimas escapaban por sí solas de mis ojos, no había nada que me pudiera hacer sentir mejor, ella había logrado lo que quería por tanto tiempo. No sabía si sentirme enojada con ella, o feliz porque por fin había logrado lo que quería.
Fui a su velorio, no había muchas personas, su papá ni su mamá se encontraban presentes, no me parecía extraño, parecían nunca haber deseado tenerla. Sus primas estaban llorando. El odioso de Nicolás se encontraba presente, no entendía por qué. El era todo para ella y cuando la dejó yo estuve con ella, viendo su sufrimiento. No podía experimentar su sufrimiento, espero que no sea peor que el que sentí cuando supe lo que pasó. Me prometí nunca olvidarla y tomar en cuenta todo lo que ella me decía.
Sería una persona fuerte, ahora nada me detendría, cumpliría sus sueños a como diera lugar. Sería perfecta...