Sabrina, la Heroína (Amor-Acción)

2.8K 50 13
                                    

—Despierta, Sabrina— dijo una chica rubia saltando arriba de mi cama.

— ¿Que quieres?— le dije abriendo un ojo, odiaba que me despertara así, pero ella amaba hacerlo.

—Mama te está llamando, dice que me tienes que llevar al colegio— contestó, jugando con mi cabello. — ¿No tienes clases hermanita?— me dijo ella con una sonrisa con la que siempre me manipulaba.

— Hoy no, habían exámenes y yo no tenía porque... no te interesa de que hablo ¿no?— le dije cuando noté que ella fingía interés, esa chica de seis años tenía la mente de una niña de diez, era muy madura e independiente. 

Saqué a mi hermana a empujones de mi habitación y en cuestión de veinte minutos ya me había bañado, vestido y arreglado. 

—Hola bonitas— le dije a mi hermana y mi mamá. — Llevaré algo para comer en el camino mientras manejo porque ya es tarde ¿vamos?—. Dije, agarrando mi bolso, las llaves del auto y mi IPhone.

—Espera, a la hora de la entrada del colegio habrá una reunión de padres, yo no puedo ir porque un cliente viene en un rato— me dijo mamá, ella era psicóloga, yo estoy siguiendo sus pasos.

—Claro, yo me quedo, adiós mamá— le dije dándole un beso en su mejilla y subimos al auto.

Llegamos al colegio de mi hermana y esperamos a que nos llamaran para la reunión escolar, observe todo mi alrededor, estaba lleno de padres y no podía ver, un auto estacionó a unos metros de nosotras, era bastante lujoso, de él bajo un hombre de unos cuarenta años, lo había visto varias veces en las noticias de la televisión, era un ministro si no me equivoco, caminó hacia la entrada entre nosotros, con dos custodias a su lado, "exagerado" pensé, no creo que haya necesidad de que un ministro venga custodiado a un colegio, en fin, seguramente sea para creerse importante.

Un hombre se tropezó conmigo sacándome de mis pensamientos, venia con un grupo, si no me equivoco, eran los limpiadores de allí, eran unos siete empleados como maximo y todos tenían un carro donde tenían los artículos de limpieza, el hombre que tropezó conmigo me miro con cara de pocos amigos y siguió su camino, le iba a decir algo, pero la directora habló.

—Señores padres, les pedimos que pasen con los niños a la sala de teatro, ahí será la reunión, que en unos minutos comenzará—  dijo amablemente y Paulina me guió hasta la sala, cuando entramos ya no habían asientos y nos quedamos paradas atrás.

— ¡Frankie!— dijo contenta mi hermana, corrió hacia un chico de su misma edad y lo abrazó.

— Hola Paulina— dijo el pequeño sonriendo, me enternecí de tal manera que sonreí embobada y no me di cuenta de que atrás de él había otro chico. — El es mi hermano Nick — le dijo a mi hermana, recién cuando lo nombró levante la vista hacia él, era verdaderamente hermoso, me atreví a mirarlo de pies a cabeza, traía unos jeans ajustados al igual que su camisa que tallaban su cuerpo, subí mi vista y noté que tenia ojos chocolates y...y que me estaba mirando.

—Hola soy Paulina, pero mis amigos me dicen Pau— le dijo sonriente mientras yo volvía a tierra, o más bien, quería que me comiera... la tierra.

—Hola linda, soy Nicholas y mis amigos me dicen Nick— le dijo a mi hermana y ella rió, esa sonrisa era tan tierna.

—Hola Nick, ella es mi hermana Sabrina— dijo ella 

—Hola ¿Cómo estás?— Me miró divertido como diciendo “Te vi mirándome, no lo ocultes”.

—Muy bien ¿y tú? — le sonreí con fingida inocencia y nos quedamos mirando por unos momentos a los ojos, es que eran tan chocolatosos. —Y... ¿ustedes dos son amigos?— le pregunte a mi hermana luego de salir de una especie de trance.

Novelas CortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora