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Sentir que la vida se detiene, es poco. Sentir que el aire te falta, que los huesos se hacen polvo y que el fuego recorre el cuerpo, quemando todo a su paso. Es aún más sofocante.

Taehyung es así, sofocante. Descantaste y muchas veces asfixiante.

Su rostro se acerca poco a poco en lo que a mí me parecen, los quince segundos más largos que he experimentado. Se siente como toda esa parafernalia que realiza Hollywood para endulzar la vista de sus espectadores. Así me siento, como si él joven apuesto de la película, al fin se hubiese enamorado de mi.

Cierro los ojos al sentir el débil roce en la comisura izquierda de mis labios. Y se detiene justo ahí, tentándome a abrir los ojos ante el creciente nerviosísimo que siento. Pero en vez de eso, observo como los suyos se mantienen sellados, es casi como una adición y creo estar muy dispuesto a hacerla propia.

Su pulgar acaricia mi mejilla con ternura mientras se aleja. Luego toma mi rostro entre sus manos y deposita un pequeño beso en mi entrecejo. Intento relajarme ante su toque, abriendo mis ojos una vez más y sólo para alcanzar a divisar, como se acerca con mucha más rapidez.

Sus labios se posicionan sobre los míos, mientras una de sus manos se filtra entre las hebras de mi cabello; como una batalla campal que denota suavidad e intensidad al mismo tiempo.

Acaricia mis labios con la punta de su lengua, provocando que mi boca se abra sutilmente cuando suelto un leve quejido invitándolo a más. Un placer que había dejado en el olvido pero que ha resurgido gracias a él.

Contornea todo a su alrededor, enredando su lengua con la mía, envolviéndolas en una danza de las más bellas, entre chasquidos y pequeñas mordeduras, entre el deseo y la pasión que nos envuelve.

Su otra mano abandonando por completo mi mejilla, posicionándose sobre mi cintura, presionándola de manera suave, intensificándose todo aún más. El aire acabándose, sofocándonos. Mareandome con tantas sensaciones.

Y entonces la función termina de forma abrupta, como en cada capítulo de mi vida. No sé cuánto tiempo hemos estado besándonos, podría perfectamente vivir haciéndolo por la eternidad y más ahora que he probado de su exquisito sabor, uno adictivo, envolvente e insolente.

Es Jackson al teléfono y no me extraña, es como si tuviese un puto radar para ser inoportuno conmigo.

Taehyung saborea sus labios, esos que hasta hace poco estaban saboreando a los míos. ¡Dios!, estoy seguro de que si con un beso es capaz de elevarme entonces con su cuerpo me lanzaría en caída libre.

—Jackson. —carraspeo mi garganta tras contestar.

—¿Dónde estas?. ¿Pasó algo?, te estás demorando. —pregunta al otro lado de la línea.

—Estoy llegando, sólo cinco minutos y estoy allí. Haneul.... ¿Haneul está bien?.

—¿Por qué no lo estaría?, está con su tío preferido... —escúchenlo, porque estoy casi seguro que se acaba de golpear el pecho cuando lo ha dicho; cuál Tarzán arriba del árbol.

—Siento matarte las ilusiones pero ese es Jiminie. —me río a gusto porque ha sido a propósito. Mi forma de vengarme por haberse atrevido a interrumpir mi estadía en el paraíso.

—Eso fue cruel. Nos quiere a los dos por igual, ya me lo ha dicho.. —asegura.

—No puedo creer que le has preguntado a quien quiere más. —emblanquezco mis ojos ante la sola idea de imaginar aquello.

—Fue espontáneo. —suelta una carcajada. —Voy a cortar porque Bae está pintando la pared con la acuarela. Te veo en un rato, dejaré la reja de afuera abierta. Te quiero conejito.

If You | VK (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora