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Muerto.

Jimin había dejado de respirar a las 6 de la mañana. Sosteniendo la mano de Yoongi.

El mayor no lo sabía, ¿Cómo podría?

Las heridas fueron demasiadas, destruyeron todo lo que quedaba de Park Jimin.

Yoongi se odiaba completamente, era su culpa, se repetía frente al espejo.

El día del entierro de Jimin, Yoongi sostuvo su mano por última vez, para despedirse.

Meses pasaron. ¿Cómo Yoongi podía olvidar al amor de su vida?

Las cortaduras, los arañazos, los moretones. Todo lo que Jimin se hacía.

¿Por qué el destino era tan cruel?

Jimin estaba aprendiendo a amar, y su vida fue arrebatada en un respiro. Su último respiro.

La autopsia sólo remarcaba que murió por el ataque de aquella noche, y por la pérdida de sangre que sufrió meses atrás.

Yoongi no podía más.

Necesitaba a su amor de vuelta, él no era nadie sin Park Jimin. Pero la vida se lo había arrebatado.

Ya no podía más, lo necesitaba.

Por las noches lloraba desconsoladamente y se gritaba cuanto se odiaba a si mismo en el espejo.

La última noche que se supo de Min Yoongi. Él estaba parado frente a la tumba de Jimin y con melancolía en su rostro y un arma en la mano, sus últimas palabras fueron.

-Espero que en otra vida estemos juntos, mi pequeño Jiminnie.






Lamento si es muy triste, pero tranquilas, la historia no termina.

El Desconocido De La Ruta » YOONMIN «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora