Últimamente la pasaba mucho con mi padre, peleada con mis amigas y en vacaciones no tenía mucho más que hacer, así que iba a todos los lugares que iba él. Una noche fuimos a comer a casa de un amigo, ahí fue donde lo volví a ver, donde todo el drama empezó.
3 meses atrás.
La estaba pasando mal. Tirada sobre mi cama y mirando el techo de mi habitación como si fuera la cosa más interesante, así se me pasaban los días y con ellos aumentaba el miedo en estar cayendo en una depresión. Ya lo había pasado y no fue fácil salir, no quería volver a caer en eso y terminar llorando todos los días sin sentido alguno.
-Juli, voy a cenar a lo de Gaston. ¿Queres venir?- hablo mi padre sacándome de mis pensamientos con un respingo. Al mirarlo vi en su cara algo de pena, sabía que no le gustaba que este así.
-Mm si, ya voy. -dije a medida que me levantaba para cambiar mi pijama por alguna prenda más decente. No tenía ganas de salir pero tampoco quería quedarme en casa llorando o ver a mi padre preocupado, por eso acepte.
El camino fue silencioso como siempre, a ninguno de los dos nos gusta hablar mucho cuando vamos en viaje, después dicen que no nos parecemos. Al llegar y entrar estaba Gaston y su mujer, Diana, que estaba embarazada de unos cuantos meses ya. Salude con una sonrisa en la cara y al mirar con más detenimiento lo vi a él, al saludarlo lo miré con más detalle y no pude evitar pensar en lo apuesto que era. Lo conozco desde bebé pero, mierda, nunca lo había visto de esa manera.
-Al fin salio la larva de la cama -Dijo Gastón riéndose obviamente refiriéndose a mi.
-Ja ja, ni que me la pasara durmiendo che.
-Nono, solamente 20 de las 24 horas- Reí sacándole la lengua, ya estaba acostumbrada a las peleas con él, era divertido.
-A ver si dejan de hablar y me ayudan a cocinar, siempre me hacen hacer todo a mi- Dijo Tomás con esa voz que tanto me gusto en ese momento
-Pero que vas a hacer todo vos, muchachito inútil- Rio Emanuel, mi padre, empujándolo y poniéndose a cocinar junto con él mientras Diana y yo los mirábamos riendo desde el sillón.
Dia siempre me cayo bien, era una chica muy linda y lo mejor de todo con solo 2 años mas que yo, así que nos entendíamos bastante. Hablamos de cosas triviales y molestábamos a los chicos hasta que estuvo la cena. Comimos entre risas y recuerdos, como siempre yo tenía las anécdotas más vergonzosas y disfrutaban de hacerme poner roja como tomate.
Al terminar de cenar nos acomodamos en los sillones y ahí empezó la pelea.
-Ah no, nena, este es mi sillón. Salí salí- Dijo Tomás corriendo mis piernas que estaban a lo largo del sillón para sentarse el.
-Que va a ser tuyo, yo me senté primero. Así que si me disculpas- Acomode mis piernas de modo que mis pies quedaban tras su espalda, me miro negando y apoyo su brazo en mi pierna mientras que con el otro fumaba de su cigarro. Media atontada por su posición lo mire unos segundos y luego volví mi vista a la televisión, no podía dejar que alguien me viera mirándolo y termine muerta o PEOR en un colegio de monjas.
Sabía que a lo largo me iba a traer problemas este capricho, porque sabía que eso era, o eso pensaba que era. Pero no podía evitar imaginarme miles de escenas con él y eso que era la primera vez que lo veía después de tanto tiempo.
Escuchaba a mi padre y sus amigos hablar y reír mientras que con Dia negábamos riendo de sus pavadas y repitiéndonos varias veces la frase que tanto decíamos ya "Son como niños", y así eran. Aunque el más joven de ellos sea Tomás con 32 años parecían de 15 años.Habían pasado unas dos horas más o menos y yo ya estaba por dormirme en ese tan cómodo Sofá mientras ellos miraban televisión y de vez en cuando charlaban de algo.
-Vamos, ya me está dando sueño- Dijo Emanuel mirándome.
-Una vez que estaba por dormirme- Con pereza me levante y saludo en forma de despedida a todos, dandole un beso en la mejilla con más delicadeza a Tomás y así emprendimos viaje otra vez a casa. Yo iba feliz, con una sonrisa e imaginando posibles momentos con Él, pero después caía en la realidad de la gran diferencia de edad, de la relación que había con mi padre y en muchas verdades más que me hacían bajar las emociones, pero aún así me sentía viva y sintiendo algo después de tanto tiempo de sentir solamente tristeza.
ESTÁS LEYENDO
El amigo de Papá.
Teen FictionJulia, caprichosa desde bebé. Se ha encaprichado con alguien que no debería, el amigo de su padre. ¿Será que este capricho también se le cumpla? ¿Será que dejaran de lado la diferencia de edad e intentarán algo?, y la mejor parte, ¿Alguien sospechar...