Capitulo 1: El reencuentro.

45 3 0
                                    

Últimamente la pasaba mucho con mi padre, peleada con mis amigas y en vacaciones no tenía mucho más que hacer, así que iba a todos los lugares que iba él. Una noche fuimos a comer a casa de un amigo, ahí fue donde lo volví a ver, donde todo el drama empezó.

3 meses atrás.

La estaba pasando mal. Tirada sobre mi cama y mirando el techo de mi habitación como si fuera la cosa más interesante, así se me pasaban los días y con ellos aumentaba el miedo en estar cayendo en una depresión. Ya lo había pasado y no fue fácil salir, no quería volver a caer en eso y terminar llorando todos los días sin sentido alguno.

-Juli, voy a cenar a lo de Gaston. ¿Queres venir?- hablo mi padre sacándome de mis pensamientos con un respingo. Al mirarlo vi en su cara algo de pena, sabía que no le gustaba que este así.

-Mm si, ya voy. -dije a medida que me levantaba para cambiar mi pijama por alguna prenda más decente. No tenía ganas de salir pero tampoco quería quedarme en casa llorando o ver a mi padre preocupado, por eso acepte.

El camino fue silencioso como siempre, a ninguno de los dos nos gusta hablar mucho cuando vamos en viaje, después dicen que no nos parecemos. Al llegar y entrar estaba Gaston y su mujer, Diana, que estaba embarazada de unos cuantos meses ya. Salude con una sonrisa en la cara y al mirar con más detenimiento lo vi a él, al saludarlo lo miré con más detalle y no pude evitar pensar en lo apuesto que era. Lo conozco desde bebé pero, mierda, nunca lo había visto de esa manera.

-Al fin salio la larva de la cama -Dijo Gastón riéndose obviamente refiriéndose a mi.
-Ja ja, ni que me la pasara durmiendo che.
-Nono, solamente 20 de las 24 horas- Reí sacándole la lengua, ya estaba acostumbrada a las peleas con él, era divertido.
-A ver si dejan de hablar y me ayudan a cocinar, siempre me hacen hacer todo a mi- Dijo Tomás con esa voz que tanto me gusto en ese momento
-Pero que vas a hacer todo vos, muchachito inútil- Rio Emanuel, mi padre, empujándolo y poniéndose a cocinar junto con él mientras Diana y yo los mirábamos riendo desde el sillón.
Dia siempre me cayo bien, era una chica muy linda y lo mejor de todo con solo 2 años mas que yo, así que nos entendíamos bastante. Hablamos de cosas triviales y molestábamos a los chicos hasta que estuvo la cena. Comimos entre risas y recuerdos, como siempre yo tenía las anécdotas más vergonzosas y disfrutaban de hacerme poner roja como tomate.
Al terminar de cenar nos acomodamos en los sillones y ahí empezó la pelea.
-Ah no, nena, este es mi sillón. Salí salí- Dijo Tomás corriendo mis piernas que estaban a lo largo del sillón para sentarse el.
-Que va a ser tuyo, yo me senté primero. Así que si me disculpas- Acomode mis piernas de modo que mis pies quedaban tras su espalda, me miro negando y apoyo su brazo en mi pierna mientras que con el otro fumaba de su cigarro. Media atontada por su posición lo mire unos segundos y luego volví mi vista a la televisión, no podía dejar que alguien me viera mirándolo y termine muerta o PEOR en un colegio de monjas.
Sabía que a lo largo me iba a traer problemas este capricho, porque sabía que eso era, o eso pensaba que era. Pero no podía evitar imaginarme miles de escenas con él y eso que era la primera vez que lo veía después de tanto tiempo.
Escuchaba a mi padre y sus amigos hablar y reír mientras que con Dia negábamos riendo de sus pavadas y repitiéndonos varias veces la frase que tanto decíamos ya "Son como niños", y así eran. Aunque el más joven de ellos sea Tomás con 32 años parecían de 15 años.

Habían pasado unas dos horas más o menos y yo ya estaba por dormirme en ese tan cómodo Sofá mientras ellos miraban televisión y de vez en cuando charlaban de algo.

-Vamos, ya me está dando sueño- Dijo Emanuel mirándome.
-Una vez que estaba por dormirme- Con pereza me levante y saludo en forma de despedida a todos, dandole un beso en la mejilla con más delicadeza a Tomás y así emprendimos viaje otra vez a casa. Yo iba feliz, con una sonrisa e imaginando posibles momentos con Él, pero después caía en la realidad de la gran diferencia de edad, de la relación que había con mi padre y en muchas verdades más que me hacían bajar las emociones, pero aún así me sentía viva y sintiendo algo después de tanto tiempo de sentir solamente tristeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 08, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El amigo de Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora