Llegó el día, Adael estaba muy triste, se despidio de su amigo, compañero, etc.
Llegó el señor desconocido para llevarse al pequeño cachorro, se lo llevo, pero demaciado extraño. Adael no sabia si lo que hacia era lo correcto, él pensó que sí, así que lo dió.
Y el desconocido se lo llevo muy pero, muy pero, muy lejos.