Little prince [n.f]

001.

—Alyssa — Llamó en un susurro la señora de cabello rubio rojizo, meciendo a su hija por encima de las sábanas. Está solo balbuceó incoherencias mientras se revolvía ignorando los llamados de su madre.

La señora, al ver que su hija no respondía atrapó la sábana grisácea y jaló de ella, logrando quitársela de encima. Alyssa sintió una ola de frío golpearla y gimoteó en respuesta. Abrió sus ojos dirigiéndole una mirada de cansancio a su madre.

—Tengo sueño —Se quejó y dio vuelta mientras se sentaba en la cama y se abrazaba a si misma.

—Lávate y vístete —Ordenó dándose vuelta para luego dirigirse a la puerta.—El desayuno está listo.

La chica solo se limitó a soltar un suspiro.

—Tú padre y yo te tenemos una noticia —Dijo antes de cerrar la puerta.

Alyssa frunció sus labios cuando su madre salió de la habitación y ladeó su cabeza mientras los pensamientos de sobre que hablarían sus padres abordaban su mente. Sin darle mucha más importancia, se dirigió al baño para asearse.

Cuando terminó, bajó al comedor encontrándose con sus padres esperándola en la mesa para desayunar. Arrastró sus pies hasta su silla y se sentó en ésta.

Los padres de Alyssa se miraron entre sí y soltaron un suspiro al mismo tiempo haciendo que la joven se alertara.

—Ally —Comenzó su padre, el señor James.—Sé que es difícil tener unos padres que viajan tanto como nosotros, pero sabes que lo hacemos solo para darte lo mejor.

Alyssa tomó su tenedor y enarcó una ceja comenzando a revolver su comida con indiferencia.

—Lo sé —Respondió cabizbaja.— Papá, ve al grano.

—Hija, lo que te queremos decir...—Interrumpió su madre haciendo que la joven alzará su cabeza, clavando la mirada en ella.

—Nos iremos de viaje por un año —Interrumpió ahora James.

—Uh —Fue todo lo que soltó Alyssa mientras fruncía su ceño, tratando de pensar positivamente en ello.—Bien, ¿Cuando empaco?

—No, cariño...Tú no empacarás.

—Ese es el grano —Su madre le dedicó una sonrisa tranquilizadora.

La chica soltó su tenedor bruscamente mientra los miraba alertada.

—Q-qué?—Balbuceó.

—Será un viaje de trabajo, amor —Explicó su madre.—No podemos llevarte, lo lamento.

—P-pero —Se removió en su asiento, ahora confundida y asustada.—¿Me quedaré sola?—Preguntó.

—Mi bebé, claro que no. Contratamos a alguien para que te cuidará. Verás que te caerá muy bien.