Asexual. -KOOKGI

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— ¡JungKook, mira esto!

La voz chillona de su hermana se escuchó por todo el piso cuando llegó, esquivando a todos los trabajadores hasta llegar a la oficina del mayor.

— Somi, ¿Qué te dije de molestarme cuando trabajo?

La menor soltó una risa, y se sentó en el escritorio de su hermano. Este rodó los ojos y cerró la pantalla de su portátil para mirarle. Su nuevo corte de cabello lucía bien en ella, pero le molestaba como sus trabajadores miraban a su hermana menor, la cuál ahora aparentaba ser mayor de lo que era.
Dios mío, qué asco.

— Ay, no seas así. Después de todo, papá te va a agradecer que me soportes a mí, y sabes que te va a regalar.

Una sonrisa cruzó los labios de JungKook, su cuerpo volviendo a relajarse. Claro que sabía qué le iba a regalar.

— ¿Es la última, verdad?

La chica soltó una risa, sus ojos reflejando una chispa de diversión. A decir verdad, ella se parecía mucho a papá, a pesar de no ser su hija de sangre. Esa era una de las cosas que le agradaban a JungKook de su padre, que había hecho de Jeon Somi una chica educada, linda y divertida. Nunca le daba vergüenza presentarla como su hermana, porque era toda una dama. Algunos incluso los veían como verdaderos hermanos, y ellos no se darían la molestia de decir lo contrario.

— Claro que lo es. Siempre pides la última consola, y él siempre te la dá. No puedo creer que, a pesar de que tengas 24, sigas siendo igual de infantil.

— Y yo no puedo creer que, a pesar de que tengas 19, seas una testaruda de primera. A tu edad yo estudiaba, no jodía a mi hermano mayor.

— ¡No tienes hermano mayor, idiota!

La suave risa de la chica inundó el lugar, y Jeon sonrió complacido. Su hermana, a pesar de todo, aún era una pequeña. Como si no hubiese madurado en lo absoluto en los 14 años que se conocen entre ellos. Sigue teniendo esa característica alegría e inocencia que la hace ver como una infante aún.

O eso creía JungKook.

— Hola, guapo. — La menor estaba peinando su cabello con delicadeza, dedos de su mano izquierda tocando con suavidad su reluciente y fragante melena. Una risa boba escapó de sus labios, apoyándose contra la pared de los baños femeninos de la empresa. — Oh, ¿Sigues trabajando? Yo vine a la empresa de papá. Sí, JungKook espera adaptarse al puesto, aunque se le ve algo estresado. Pienso que le falta algo de sexo.

JungKook se tensó ante el comentario, el nivel de repulsión ante lo mencionado por su hermana era increíble. Le habían dado ganas de vomitar. Mientras tanto, la chica escuchaba al hombre que hablaba por el teléfono.

— No digas esas cosas, idiota. Sé que es asexual. Solo es una broma. —Un suspiro de irritación salió de sus labios, rodando los ojos. — No seas así con mi hermano. Él no está mal, solo es... Distinto a nosotros.

JungKook se puso en alerta. No quería oír a su hermana seguir hablando, no podía oírla.

La carcajada provocadora de su hermana le causaba miedo. — Mmh, tus besos son los mejores, Ji Soo. Amo que seas un chico experimentado. Aún tengo esa marca en mi clavícula...— No pudo seguir. JungKook había entrado al baño. Lucía furioso, irritado, asqueado.

Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos.

El teléfono de Jeon Somi estaba hecho trizas en el suelo. Los cristales estaban esparcidos, y el fuerte brazo de Jeon JungKook aún estaba tenso. Quería partir el rostro de Kim Ji Soo. El chico le daba asco. Era un asqueroso.