Capítulo 3

33 14 1
                                    

¿Qué les estaba ocurriendo? Él mayor de a poco estaba mirando también los labios ajenos.

-Tonto- Escuchó el mayor susurrar de los labios de Ji, su ceño se frunció ya que no entendía del todo aquel comentario.
De un momento a otro Ji cambió las posiciones quedando el encima de Seung

-Estabas hablando sobre protegerme, sin embargo le temes a una araña- Se levantó y comenzó a caminar para marcharse de aquel lugar

-No, no dije que te protegería- El mayor se levantó de igual manera para seguir al menor -Dije que mientras estuvieras conmigo no iba a pasarte nada, hombre y mira, lo he cumplido, has estado ileso- JiYong sonrió y negó con la cabeza, sin duda el carisma del mayor era una de sus mayores atributos.

-No imaginé que le tuvieras miedo a una araña- Comentó Ji.

-Y no lo hago, sólo que me da cosa si es tan sobre mi piel- Ji negó y puso cara de no creerle.

De pronto Ji no se acordaba por qué estaba allí.

-Seung tengo que irme-Detuvo su andar para voltear a ver al mayor

-¿Por qué? ¿No puedes quedarte un poco más?-

Ji se acordó de porqué se encontraba ahí.
Se veía un poco nervioso

-Ahh... no, no puedo. De verdad debo irme-

-Mm... entonces supongo que te esperaré mañana-

-No, no lo hagas-

Y sin dar tiempo para que el mayor respondiera salió de aquel bonito lugar.
Cuando llegó a su gran palacio Afrodita ya estaba esperando

-¿Y bien?

-No es fácil como crees, creo que están ocultandolo.

-¡No! Es que tú no lo estás haciendo bien- Afrodita sacó una espada y rozó la mejilla de su hijo con esta haciendo que cayera, la pequeña flor que yacía en el cabello del menor ahora estaba en el suelo, una gota de sangre cayó sobre esta pintandola de rojo.

-No es mi culpa, yo ni siquiera quiero hacerlo- Susurró mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.
Afrodita se dio la vuelva y desapareció de la vista del menor.
Poco a poco la herida fue cerrando pero quedó una ligera marca.

Ji levantó y fue de nuevo a su habitación asomó su cabeza a una pequeña pila de agua que dejaba ver a los mortales en la tierra entonces tuvo envidia de ellos, ellos tenían una vida en donde podían elegir lo que querían, no estaban atados a una orden podían vivir de una manera fascinante y estar orgullosos de lo que hicieron cuando estuvieran en su lecho de muerte, en cambio el tenía el regalo de la inmortalidad, tenía que obedecer a sus papás y mayores incluso si no es lo que el deseaba.

Tomó la pequeña flor que había agarrado antes de regresar a su habitación posandola sobre el agua y vió como la sangre se desvaneció en el agua.

¿Por qué todo era tan complicado?
Debía admitir que Seung le caía bien, y era guapo.

¿Qué debía hacer?

"Sólo necesito tiempo" pensó.

Se decidió a hacerlo y ya, no podía esperar más.
Comenzó a caminar, se acercó a donde vivían aquellas personas, era aún más grande que su palacio, igualmente este era de cristal.
Entonces vio a Seung sentando en un hermoso jardín, pero no estaba sólo.

-¿Él es tu hermano?- Murmuró para sí mismo.
De repente Seung se levantó y se fue, era su oportunidad, sacó su arco y una flecha apuntando hacia el hombre de ojos pequeños y una gran sonrisa. Estaba a punto de lanzar la flecha

-¿QUÉ PIENSAS QUE VAS A HACER?-

Esa voz lo distrajo y volteó a ver temeroso y como pensaba el dueño de aquel a voz era Seung.

-Yo...Seung- Él nisiquiera debía darle explicaciones a nadie

-¡Si piensas que podrás hacerle daño ni lo pienses! Te pido por favor que te retires. Y no vuelvas por aquí-

--------------------------------------------------------------------
PeaceMinus0ne:
¡Hey! ¿Le está gustando la historia?):

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 08, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora