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Al día siguiente pasó lo mismo.

Esta vez Si Cheng había salido más temprano de la escuela y el mismo chico estaba ahí, pero no en aquel columpio, sino al lado de una mesa y en cuclillas.

Él lloraba. Se veía débil y pálido.

Si Cheng inmediatamente se acercó, estaba geniunamente preocupado. Podría estar herido, tenía que ayudar.

—Disculpa ¿Te encuentras bien?

Preguntó mientras tocaba suavemente su hombro. El pelinegro levantó su cabeza y miró a Si Cheng  directamente los ojos.

Dolor.

Es lo que pudo ver en su mirada.

Super Hero [TaeWin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora