|Viajera|

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— ¿Hola? —Una voz algo aguda resonó en el largo he inmenso pasillo de color gris.
La pequeña niña de cabello rosa miraba curiosa mientras empezaba a caminar adentrándose más en el pasillo.
— ¿Hay alguien aquí? —Volvió a preguntar empezando a caminar más rápido sintiéndose observada por todas las partes.
Nadie le respondió y eso le asustó, ella no sabía como había ella llegado allí. Lo último que recordaba era haberse dormido en su habitación después de que sus padres le hayan a cobijado y deseado las buenas noches.

— Mamá, papá —La pequeña de cabello rosa paro de caminar al toparse con una gran e inmensa puerta color negro.
— ¿Hay alguien ahí? —Tocó con sus pequeñas manos la puerta de metal, haciendo que está hiciera un ruido.

¿Hay alguien ahí? —

La niña miro asustada a todos los lados en busca de la voz que repitió lo que ella dijo.

— ¿Estás detrás de esta puerta? —Ella dijo tocando dos veces el metal provocando ruido.

Si —

La pequeña trato de abrir la puerta empujándola pero esta no hizo amague de moverse.

— ¿Me puedes ayudar a regresar a casa? —Pregunto pegando su oreja derecha al metal para escuchar mejor lo que la voz decía.

Si, sólo abre la puerta —

— No se puede abrir, no tengo la llave —Dijo la niña.

Tú sangre es la llave. Abre la puerta —

— ¿Mi sangre? —La niña se miro sus manos dudando eso.
Pero ella quería volver con sus papas y la única forma en que la voz la ayudaría a regresar era abriendo la puerta.
— No te vayas a ir, ahora abro —La rosada busco a su alrededor algo con que poder hacerse una pequeña herida. Encontró un vidrio algo grande que al parecer perteneció a un espejo y sin más lo tomo y con la punta se corto la palma de la mano izquierda.
— Duele, duele —La niña dijo al borde de las lágrimas.

Abre la puerta Sakura —

Corrió hasta estar frente a la puerta y con el dedo índice de su mano derecha toco un poco de sangre para luego ponerla sobre el orificio de la cerradura.
La puerta reaccionó ante la sangre, abriéndose de par en par.
Los ojos jades de la niña miraron con sorpresa el interior, todo era negro y ninguna figura se podía ver si estaba dentro de la puerta negra.

— ¿Hola? —Pregunto asustada.

Sigueme —

La voz se volvió a escuchar detrás de ella, y repetía que la siquiera mientras se alejaba.

— Espera —La niña corrio siguiendo la voz dejando la puerta abierta.

* * *

— ¿Y que pasó después de que empezaste a seguir la voz Sakura? —Un hombre de cabello negro lacio cuya tez era sumamente blanca, pregunto a la niña que estaba recostada en una camilla de hospital.

— Solo recuerdo que la seguí mucho y  luego abrí los ojos y aparecí aquí Orochimaru–San —La pequeña dijo.

— Esta bien pequeña. Tsunade, Jiraiya acompañe me afuera —La rubia y el albino a sintieron.

— Ya regresamos cariño —La de ojos miel le dijo mientras le besaba su frente.

* * *

¿Y bien? —El albino pregunto, estando ya afuera con su esposa y mejor amigo.

— Sakura sufre un grave nivel de esquizofrenia —

— ¡Mi hija no está loca!. No me vengas con eso Orochimaru —Espetó la rubia apretando los puños.

— Su hija escucha voces donde no laa hay, mira personas que no existen.. —

— Eso no explica el por que encontramos a nuestra hija de cuatro años desangrándose en su habitación por causa de cortadas en todo su cuerpo —El de cabello negro suspiró, el sabía de sobra que sus dos amigos eran testarudos y más cuando se trataba de su pequeña hija.

— Lo mejor será internarla —


* * *

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2019 ⏰

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