-Alexia despierta o no querrás que perdamos nuestro vuelo.
Mierda, había olvidado hacerme el equipaje.
-Pero no tengo nada metido en la maleta.
- Te la preparé yo.
- Gracias, te quiero.
-Y yo a ti, pero levántate ya
Le saco la lengua y me vuelvo a acostar dándole la espalda.
- Ni se te ocurra volverte a dormir.
- Es muy temprano, ni siquiera la alarma que me obligaste a poner ha sonado, dejame dormir un poco más.
- No es mi culpa que llegarás tan tarde de esa fiesta.
- Te recuerdo que tu me dejaste ir y además era una despedida que organizo Sam, no la voy a volver a ver, a saber cuándo, no me gusta la idea de mudarme a otro pais.
- Vamos, harás nuevas amistades, conocerás a más gente y lo mejor de todo es que estaremos con tu hermano, ya que hace muchos años que no lo vemos.
- Eso es lo único bueno de todo esto, ya sabes como soy, no me gusta relacionarme con la gente.
- Lo séñ, pero tienes que hacer un esfuerzo.
Cama mía te voy a echar mucho de de menos.
¿Que?
Las camas también tienen sentimientos ¿Porque crees que cuando te quieres levantar no puedes, eh? Claro porque tu cama te ama y quiere estar contigo.
Que va eso es de ser vaga, lo que yo soy, pero estoy muy orgullosa de serlo.
Mi madre me dijo hace unas semanas que nos iríamos a vivir a Nueva York, dejando atrás mi querida España.
Dejaré esos pensamientos a un lado y mejor iré a la ducha.
El agua caliente recorre mi desnudo cuerpo, no me gusta verme así, siempre está aquella cicatriz en la costilla, no es grande pero no entiendo como me la hice cada vez que la toco me da escalofríos. Desde muy pequeña he tenido siempre pesadillas, pero no son normales o eso creo, sueño con lo mismo noche tras noche.
- Alexia, ¿ya estas lista?
-Si, espera que coja mis cosas.
- Vale, date prisa que no hay tiempo ni de desayunar, vamos que el taxi ya está esperando fuera.
- No entiendo por qué tanta prisa, si aún quedan 5 horas para que llegue nuestro avión.
- Sabes que me gusta llegar antes a los sitios.
- Si ma, pero no 5 horas antes, de verdad estás loca.
- Hija me has puesto tan nerviosa que no sé dónde habré dejado los billetes de avión.
- Están en la encimera.
- Gracias a Dios.
- Yo no diría lo mismo, además será gracias a mí, Dios no te ha dicho dónde está- le digo saliendo por la puerta-
El taxi tardo 15 minutos en dejarnos en el aeropuerto y yo odio estar 15 minutos quieta, con lo que mi madre no dejo de gritarme para que parase, ni qué estuviera a 2 m. El taxista creo que le cobro a mi madre más de lo normal o eso me pareció ver, toma la próxima vez me gritas en frente de un taxista.
- ¿De verdad que no me puedo quedar? - tengo el peor humor de todos-
-No y no insistas más qué vas a hacer que me duela la cabeza.
Le muestro mi mejor sonrisa falsa y las dos entramos en el aeropuerto.
.......
-Tres eternas horas quedan aún. -la paciencia se me está acabando-
-Pasemos el rato de tiendas, y le compramos algo a tu hermano.
- Claro ma, por qué estar 3 horas de tiendas es lo que más me apasiona. - nótese mi sarcasmo-
- No seas así Alexia.
- Tú me criaste así.
.......
El vuelo con destino New York diríjanse a la salida 58, gracias.
Por fin, después de estar tanto tiempo mirando cosas en las tiendas y de haber gastado el dinero en cosas innecesarias, ya puedo sentarme.
Bueno si cómodo, pero el ambiente es peor que un zoo, delante tengo a una familia compuesta por dos madres, su bebe que no deja de llorar y su otro hijo que no debe de tener más de 3 años, que no para de hacer sonidos raros que hacen los niños cuando juegan; detrás hay un chaval que se cree Justin Bieber y de verdad que Ojalá alguien le diga que no sabe afinar, espera esa persona puedo ser yo.
- Oye, perdone, vas a hacer que nos sangren los oídos a todos.
- ¿Perdón?
- Perdonado
- ¿Alexia que haces? Pídele disculpas ahora mismo.
- Pero porque si le estoy haciendo un favor.
- No se preocupe señora.
- Lo siento de verdad, no se que le pasa a mi hija.
Si me quejaba del que desafinaba ahora tengo que aguantar los ronquidos del asiento de al lado.
- Mama, que haremos cuando lleguemos.
- Dios, Alexia, me asustaste, no grites.
-Señora controle a su hija. -Misión cumplida, se ha despertado-
- Si, disculpe, Alexia ni que tuvieras cinco años.
- Eso te pasa por obligarme a venir contigo.
Dicho eso, me quedo al fin quieta y me concentro en una revista que llamó mi atención, en una de las paginas sale mi padre.
....
El viaje llegó a su fin y ya podre estirar las piernas.
- ¿Pero que haces?
-¿Pues no ves? - digo señalando el taxi que nos estaba esperando-
- Nos va a recoger el amigo de tu hermano.
-¿Que? ¿por qué no viene él?
-Porque está trabajando.
-¿Y en donde viviremos a partir de hoy?
- Con tu hermano y su amigo, en su piso.
- Madre de dios, mama, eso tiene que ser horrible, convivir con dos tíos, peor que una jaula llena de simios.
- Calla que ahi viene.
Las luces de unos faros hacen que casi me quede ciega y del coche sale un hombre, alto y con un monton de tatuajes.
-Buenas señoritas, yo soy Nick, el amigo de Trevor, mucho gusto.
-El gusto es nuestro. - ay ya mama-
......
- Y dime Nick, a cuanto estamos de vuestra casa.
- A casi media hora, señora.
-Porfavor llamame Raquel.
-Claro, como prefiera.
-Fantástico más tiempo encerrada.
-Hija ya vale. - claro ma lo que tu digas, estoy harta de siempre hacerte caso, de ir detrás tuya, dejando mis sueños porque te dio el venazo de recorrer 5759 km para empezar una vida nueva-
