Los Tres Caballeros OS.

Adiós

Dentro de la antes era un brillante y colorida habitación, Panchito se encuentra sentado al borde de su cama, sus ojos rojos están por horas de haber llorado, en las plumas de sus mejillas se puede ver el rastro casi olvidado de dichas lágrimas.

Durante 3 horas de llanto su mente queda en blanco. Intentó de todo y con todos los medios para que no lo supieran. Se sacrificó tanto en cuerpo, mente y alma para mantener felices a todos a su alrededor. Pero un simple descuido lo pierdes todo.

Se fue todo al diablo por ir a tomar y hacer que su uso de la razón se olvidará.

"Maldita la hora en que Dios me brindo esta boca floja" se había dicho una vez cuando rechazó crudamente a una bella Dama y esta se fuese con su rostro rojo de la ira y la vergüenza. Su misma boca floja entre trago y trago confiesa su secreto más oscuro. Su pecado. Justamente a las personas menos indicadas.
¿Qué más haría una familia recta cuando su mayor orgullo se confiesa homosexual?.

El desprecio, desagrado, ira, tristeza y más no tardaron en llegar, todos en conjunto de una sola vez. Por más que luchó por arreglarlo de nada sirvió. Día a día era un golpe o un insulto nuevo. El en su estado simplemente ignoraba todo ese maltrato, luego de varias aventuras peligrosas eso no era nada. Lo peor fue el ver los ojos de su madre amada, aquella gallina que hace muchos años lo parió y cuidó. En ellos solo se lograba reflejar la decepción y mas decepción.

Ese día todos los años que mantuvo guardado el secreto, toda la agresión, todo aquello que se guardó explotó en un mar de lágrimas en donde desahogó sus penas y dolores hasta quedar vacío y seco. Inconscientemente sujeta con firmeza aquel objeto que descansa en su mano derecha.

Una nota se encuentra sobre una pequeña repisa a la par de su cama, justo donde cualquier lograse verla en ella están las siguientes palabras:

**Pido perdón no haberles dicho antes pero no me arrepiento de quien soy. Para haberme educado en una familia en que todos se apoyan cuando necesité de ustedes me dieron la espalda. Ya no soporto más todo lo que he guardado tantos años en mi es mucha carga peor por el hecho de que me mantuvieron aquí encerrado entre estas 4 paredes, me hubiese gustado sentir los rayos del sol en mis plumas una vez más... Me duele, me duele mucho más de ti mamá, tantos valores que me enseñaste y al final no me lo demostraste, pero sabes que? Te perdono, no pude ni puedo enojarme contigo jefecita. Tal vez en la próxima vida pueda ser aquello que ustedes tanto querían que yo fuese***

"De lo único que me arrepiento es de no haberme despedido de Donald y darte todo el amor que tengo por ti, mi amado José" Piensa Panchito antes de tomar un poco de aire.
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En el asiento trasero del auto, se encuentra un ave de mediana estatura de plumajes verdes, con un saco negro y una camisa por dentro verde. Su vista se encuentra puesta en la ventana de la puerta del auto, sus ojos con bolsas debajo de ellos observan sin observar nada en realidad. Así como su cuerpo está presente en el vehículo pero su mente y alma están en otro lado, en esos momentos es como un cascarón vacío que en cualquier momento de destruiría.

Los dos asientos del frente, su compañero quien conduce el vehículo y quien lleva un saco negro con una camisa celeste por dentro y su novia quien está en el asiento de copiloto usando un bello vestido negro con rosado, le observan detenidamente con preocupación además de la gran tristeza que ellos mismos cargan en ese momento.

Ambos patos de plumaje blanco que van en el frente, observan a un gallo de plumaje blanco quien lleva puesto un saco de color negro, su típica expresión relajada ahora es la de una llena de melancolía. El vehículo estacionado, logrando que el de plumaje verde reaccione un poco y salga también del auto junto a sus amigos.