• Rainbow •

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Las manos de Chaeyoung sudaban de los nervios, se mordía constantemente la comisura de su labio inferior ansiosa.

¿Y si no era lo que esperaba?

Las dudas comenzaban a carcomerle por dentro y, la ausencia de Jisoo (con quién había acordado presentarse por cualquier cosa) no era de mucha ayuda. De algún modo, se había vuelto muy unida a aquella chica, al punto de tomarle algo de cariño.

A unos metros más allá, al final del pasillo, Jisoo le observaba dudosa con una pizca de miedo en sus ojos. Daba un paso adelante, se retractaba y volvía al mismo lugar.

Sus labios estaban un poco heridos debido a lo tanto que los había mordido de los nervios. Entre sus manos tenía un ramo de rosas con siete colores: amarillo, azul, rosa, rojo, blanco, morado y naranja. Justo los colores que ya ambas reconocían.

Lo pensó un momento, tal vez sería mejor dejar el ramo de rosas cerca y disculparse con ella luego. No sé sentía segura de que esto fuera a funcionar.

Justo en el momento en el que la mayor se había inclinado para dejar las flores en un lugar visible para su pequeña Chaeyoung, escuchó su voz.

—¿Jisoo?—En la cara de la peli- naranja no existía otra emoción más que la sorpresa.

—Y-Yo...—No era capaz siquiera de mirarle ¿Qué debía hacer? No podría retractarse porque muy en el fondo sabía que si no hablaba ahora, quizá nunca lo haría. 

Chaeyoung reparó entonces en el hermoso ramo de flores que llevaba consigo, intentó conectar su mirada con la de la adversa pero esta le rehuía. No sabía la razón pero quería que ella le viera, que conectaran sus miradas para así descifrar si ella era o no la dueña de sus pensamientos los últimos días.

—¿Tu eres mi admirador?— La contraria le miró con terror y de repente se había vuelto pálida. 

Ya no tendría escapatoria. No podía negarlo mucho más y todo lo que había conseguido se había hecho añicos.

—Lo siento— Apretó sus ojos con fuerza, sintiéndolos escocer mientras el aire escapaba de sus pulmones de forma vertiginosa. No quería salir lastimada, no de nuevo.

—No tienes por qué disculparte— Tomó el ramo de rosas, sonriéndole con dulzura—. A menos de que quieras disculparte por hacerme sentir mejor gracias a todas tus cartas, Jisoo. Gracias a ti, soy capaz de hacer las cosas bien... De ser feliz.

—¿En serio?— preguntó a la vez que su mirada adquiría un pequeño brillo ilusionado. La otra asintió sin borrar su sonrisa— Pues bien, créeme que no es fácil para mi decir esto, así que... Solo escucha lo que tengo que decir ¿Okay? 

Soltó un pesado suspiro antes de continuar: 

—El ramo, forma un arcoíris. Cada color, como ya te he dicho significan diferentes emociones o pensamientos. Y tú, Park Chaeyoung, has causado todo este revoltijo de sentimientos sin que yo haya tenido oportunidad de detenerlo—Su voz tambaleó un poco por el nerviosismo—. Me gustas mucho.

La menor soltó una pequeña risa. 

—Eres realmente tierna cuando quieres ¿Eh?— Y lo que no se esperaba sucedió, Chaeyoung la rodeó con sus brazos, apretando un poco el agarre cuando Jisoo se tensó.

—Me gustas, Park Chaeyoung—repitió—. Me gustas mucho.

¿Esto no era un sueño, cierto? Jisoo se separó un poco, lo suficiente para que conectaran sus miradas y hacer notar que sus palabras iban completamente enserio. La menor desvió la mirada, tenerla así de cerca era completamente nuevo para ella.

Esta vez Jisoo acunó el rostro de la contraria obligándole a verla, quería verla, quería saber que por lo menos tendría una oportunidad con ella. Deseaba aunque sea una pequeña señal. Una sola.

Y la obtuvo. 

La obtuvo de la manera más hermosa que podría haber deseado. Chaeyoung había acortado la distancia para regalarle un beso, Chaeyoung le estaba besando.

Sus labios se movían con lentitud sobre los de la otra, disfrutando el momento entre ambas. Su momento.

Y así fue como dió comienzo una preciosa relación que perduraría más de lo que ambas hubieran imaginado.

Todo por Chaeyoung y su amor a las rosas, pero ahora tendría un nuevo significado, uno completamente distinto, ya que ahora todo ello le recordaría a su increíble novia y el creciente amor entre ellas.

Por otro lado, Jisoo ahora miraría el arcoiris en otra dirección, hacia Chaeyoung porque ella era capaz de hacerla sentir emociones increíbles con cualquier acción que esta hiciera.

Y aunque los arcoíris no fueran eternos, vivirían en su memoria para siempre.

Rainbow |Chaesoo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora