No te ahogues en un vaso.

01. Conociendo a los hermanos.

Soné bastante poética anteriormente, lo cual tampoco es la idea, pues lo que quiero es tomar con humor y reírme de las desgracias amorosas de mi hermano, lo sé soy una "excelente" hermana —favor de insertar sarcasmo—.

Todo empezó cuando me dio hambre, ¿Por qué habló de mí y no del inepto del Lucas? Ten un poco de paciencia, que ya va a aparecer.

Bueno, como decía a MÍ me dio hambre y como no tengo trabajo, pensé que ya era tiempo de hacerle una visita a mi dulce hermano menor.

—¡Hace hambre y no hay plata! —grité apenas entré a su piso.

—Hola, hermanito querido ¿Cómo estás? Bien gracias y tú —dijo él tan sarcástico como siempre.

—Ok, ok, hola enano. Sigo teniendo hambre, ¿Ya nos podemos ir?

—A veces pienso que sólo me quieres por tener empleo —murmuró al pasar junto a mí para buscar la tarjeta del metro.

—¡Oh no! Tal vez sea pilla y hago que me pagues el almuerzo, pero del transporte me encargo yo.

—Que Dios nos ampare y no nos caigamos de la moto—susurró lo suficientemente fuerte para que yo lo escuchara.

—Calla princesa, y vámonos de una vez.

★★★