Capítulo 1: Un comienzo, Los niños.

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  • Dedicado a MaFe Navarro
                                    

                                                               

 Escuche un leve ruido proveniente del callejón diagonal a la calle en la que me encontraba caminando, la curiosidad me gano y decidí ir a cerciorarme de que o de quien provenía.

Me fije a ambos lados de la calle, y solamente cuando revise dos veces que no venía ningún automóvil, cruce la calle; no obstante no espere hallar a un pequeño niño de no más de 6 años, acurrucado en la parte frontal de un basurero al fondo. Me acerque con extremo cuidado (y la verdad es que no sé por qué pues el pobre niño no me haría  nada).

-¡eso es lo que tú crees, pobre ingenua!

Y aquí vino la hermosa participación de mi peor enemiga, mi conciencia; Cuando me fije bien, me lleve la gran sorpresa de que no era uno, sino dos niños, y ambos se encontraban llorando. Tan inmensa fue mi sorpresa que termine el poco recorrido que me faltaba corriendo, llegue donde ellos y sin importarme que eran unos total desconocidos…los abrase.

-¿Qué les pasa?-pregunte para los dos en general, después de separarnos.

-Nos per-perseguía- apenas pudo decir, el niño que se encontraba al frente del que supongo era su hermano por su gran parecido.

-¿Quién los perseguía, cielo?-dije con dulzura, ya que los niños eran mi punto débil.

-¡El!-señalo con su pequeña manito hacia atrás de mí; con un temor increíble me di la vuelta y me levante del suelo para quedar frente a frente con el tipo que perseguía a las personitas que se encontraba tras de mí, aferrados, como si la vida se les fuera en ello, a mis pies.

-Vaya, vaya ¿Consiguieron protectora?-y tras decir eso con todo el desprecio del mundo, soltó una sonora carcajada que resonó por todo el callejón.

-¿Quién eres? ¿Qué quieres?- pregunte tratando de ocultar el temor en mi voz, pero claro, si mucho éxito.

-Soy tu peor pesadilla, cariño. Ahora quítate si no quieres que te ponga un dedo encima-soltó esas palabras con una sonrisa maliciosa, que hizo reaccionar a mi cuerpo con un estreñimiento.

-¿Qué Qu-quiere?-dije ya con el temor invadiendo cada centímetro de mi cuerpo.

-A los mocosos de ahí-señalo detrás de mí.

-¿Qué es de ellos? ¿Para que los quiere?-Pregunte con bastante curiosidad.

-No es asunto tuyo zorra, ¡ahora dámelos!-Rugió con fuerza las dos últimas palabras, causando gran temor en los pequeños, puesto q empezaron a temblar más y a sollozar con más fuerza.

-No se los daré, déjenos en paz, degenerado-dije con un poco de valentía.

-¡No me hagas repetírtelo!-dijo con una rabia inimaginable.

Por dentro tenía una lucha con migo misma por saber y decidir qué era lo adecuado que tenía que hacer, pero gracias a que esa persona que tenía delante mío, me tenía sometida a una gran presión, no podía pensar bien. Mis pensamientos fueron interrumpidos por las sirenas de los coches de policías, y como si fuera por arte de magia ese vándalo desapareció, asiéndome suspirar de alivio. Voltee a mirar al par de criaturitas que tenía atrás y se me lanzaron a los brazos, sollozando más, pero esta de vez de alegría, gracias a que ese espécimen de hombre se había ido.

-¿Cómo llegaron aquí?-les pregunte a los hermanos, que parecían gemelos.

-Es-estábamos en casa con mi tía, po que vivimos con ella, mi tía nos etaba acotando y ecuchamos un ruido mu fuerte, mi tía dijo q ella bajaba y q nosiotos nos quedaramos ahí-dijo, el niño q me hablo desde un principio, con una vocecita extremadamente tierna.

-Y ¿Por qué estaban aquí? ¿Y quién era ese señor?-pregunte intrigada, de cómo unos niños de menos de 6 años, hubieran llegado hasta un callejón, de unas calles tan solas y en un barrio como en el que nos encontrábamos.

Y fue ahí cuando en mi cerebro resonó un “clic”, y me di cuenta de que ahora sonaba mucho más lejos las sirenas de policías, y en cualquier momento podría llegar de nuevo ese viejo raro; Así q sin pensármelo dos veces, cogí la manito de cada uno de los niños con cada mano mía, y emprendí un trayecto corto hasta donde tenía estacionado mi auto, un BMW Zagato Coupè  Rojo Cobre.

Metí al auto a los dos niños en la parte trasera y me asegure de abrocharles bien el cinturón de seguridad. Cuando al fin arranque mi auto, el niño que si habla, me dio las respuestas a las dudad que hacía un rato le había comentado.

-Un tiempo depués de q mi tía bajo, ecuchamos un grito, y asutados bajamos y mi tía etaba muerta-vi por el retrovisor como soltaba unas lágrimas y su rostro se contraía de dolor-tonces etaba ese señol ahí, vino coliendo hacia nosotlos y nosotlos colimos hata donde usted nos encontró-finalizo el niño.

En ese mismo instante vi la luz del semáforo reflejar el verde, lo que significaba que podía avanzar, y sin duda alguna decidí llevar a los niños a mi apartamento, en una urbanización a las afueras de la ciudad, por lo menos hasta que supiera que hacer con ellos.

***

Holiii!

¿Cómo están? Espero q bn.

Bno, no sé si el capítulo esta corto o largo, pero tratare de hacerlos más largos.

Debo darles las gracias a todas mis amigas q me han apoyado y colaborado en todo momento…En especial a ti Fer! Q gracias a q eres mi “manager” XD me volví “famosa” y de esta fama te corresponde un 10 %

Nuevamente gracias

Y sin más,                                                                                                                                                                   

Se despide su autora

 

-Luisa, la lochuda                                                                                                                                                                                       

il segreto del mio destino (El secreto de mi destino)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora