— ¡¿Por qué?! —volvió a repetir.Estaba consciente de que Jisung tenía que saberlo, pero de pronto, me volví cobarde y las piernas debajo de mi pantalón deportivo temblaron.
—Sólo... ya... Es que ya no tengo nada que hacer aquí, tengo que volver a Seúl —murmuré.
— ¿Cómo que no tienes nada que hacer aquí? ¿Yo estoy pintado? ¡Claro que tienes mucho qué hacer aquí! Se supone que viniste a pasar navidad conmigo, a estar juntos en año nuevo, ¿y dices que no tienes nada qué hacer aquí? —explotó, con todas esas lágrimas corriendo por su rostro.
—J.One, discúlpame —supliqué—, pero entiéndeme, tengo que irme.
— ¡Es que no te entiendo! No logro comprenderte, ¿por qué?
Verlo así, derramando lágrimas por mí era devastador, pero aun cuando estuviera enojado y no encontrara explicación a mi huida, era preferible que verlo con el corazón roto, sin novio ni mejor amigo.
Pero él tenía derecho a saber. Las lágrimas se me atoraron en la garganta y la voz no salió del nudo, sólo abrí la boca, pero no hubo sonido alguno.
Llamaron a la puerta y ninguno de las dos nos movimos, sólo mis ojos se dirigieron a la armazón de madera. Los golpes insistieron, Jisung se giró y fue a abrir dejándome colapsado por la persona que estaba del otro lado.
—Jisung, ¿por qué lloras? —Felix lo miró preocupado, el rostro de Jisung estaba enrojecido y sus ojos no paraban de llorar.
Él se dio la vuelta sin contestarle y caminó de nuevo hasta mí, cuando Lee me vio, llorando también, abrió sus ojos como platos y pensó lo peor.
—Jisung...
— ¡Dime por qué maldita sea te vas! —el grito de Jisung lo interrumpió y allí Felix pareció caer en la cuenta.
— ¿Te vas? —me preguntó y a su rostro asomó una expresión de dolor que lo desencajó por completo.
Ya no podía más, no lo soportaba. Sentía que me derrumbaría allí mismo tras la mirada de dolor de ambos, de dos personas que amaba bastante.
—Sí –obligué a mi garganta a abrirse de nuevo, sólo para contestarle a Felix.
— ¿Por qué? —inquirió, desconcertado y cínico.
Gemí, incrédulo, ¿él me preguntaba por qué? Moví la cabeza negativamente, lo odiaba.
—Mi vuelo sale a las once. Perdóname, Jisung —tomé mi bolso y salí corriendo de allí, simplemente ya no podía soportarlo.
Corrí escaleras abajo y salí al exterior, no tenía dinero y la gente me regalaba miradas raras porque mi rostro estaba bañado en lágrimas. Había una persona que aún no había visto, una persona que debía enterarse de que me iba y las razones de por qué me iba. Faltaba despedirme de mi mejor amigo, Lee Minho.
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manual de lo prohibido || changlix
FanfictionFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueño del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y f...