|Meraki| VHope

Meraki

MERAKI

Con la rebanada de pan tostado en la boca levante a mi pequeño ángel de su sillita para comer, esa que compre especialmente para él, ajustable para que mientras creciera pudiera seguirla usando, limpie sus mejillas con una toallita húmeda y tome su mochilita de conejo, me colgué el porta planos de cuero en el hombro y salí de la casa con mi bolso rumbo a mi nissan qashqai último modelo de un elegante tono blanco, el único lujo que me había permitido desde que nació mi Jungkookie, un lujo que al mismo tiempo le brindaba la seguridad y el confort necesario a mi bebé al viajar, una vez frente a la camioneta acomode al pequeño en su sillita ajustando los cinturones, asegurándome que todo estuviera en su lugar para después colocar su adorable mochila bajo sus pies.

-¿vamos tarde papá?- hablo mi pequeño viéndome fijamente mientras depositaba mi porta planos y bolso en el asiento a su lado

Asentí una y otra vez quitándome el pan de la boca y sosteniéndolo con una mano –una vez más pequeño- lo observe por un momento antes de ofrecerle una sonrisa, amaba a mi niño más que nada en la vida y todo lo que hacía era por y para él, amaba mi trabajo claro pero lo amaba más a él, su cabello castaño oscuro, sus adorables lunares, sus dientecitos que me recordaban a un pequeño y apachurrable conejo y sus hermosos ojos marrones idénticos a los de su madre, Jungkook es lo mejor que esa mujer pudo darme aunque mi suegra pensara que fue él quien nos la quito y por eso se haya alejado de nuestras vidas yo estaba feliz de que al menos ella me había dejado un pedacito de su ser en mi niño, una verdadera pena que ni siquiera haya alcanzado a ver su hermosa carita... negué con la cabeza sacudiéndome los tristes recuerdos antes de depositar un beso en la cabeza de mi pequeño, cerré la puerta con cuidado y rodee la camioneta para dirigirme a mi asiento, tenía que dejarlo en el kínder antes de llegar a la oficina y ya era bastante tarde

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Prácticamente corrí con mi pequeño en brazos hasta la entrada de la escuela, donde los maestros de cada grupo y año recibían a los pequeños con grandes sonrisas

-¿otra vez tarde señor Jung?- la amable voz del director de la escuela ya sonaba cansada de repetir esa frase todos los días, el bonito omega de aroma a algodón de azúcar tenía una paciencia kilométrica pero también era una persona lo suficientemente estricta como para desaprobar mi comportamiento por completo, después de todo tenía una escuela a la que dirigir.

-lo siento director Kim, de verdad que estoy esforzándome completamente porque eso cambie-

-Hola Kookie- el omega de sonrisa cuadrada y hermosa tez morena apareció para salvarme el día, una vez más

-Profesor Taeiun- soltó mi pequeño alfa, lo puse en el suelo para que el omega pudiera tomarlo pero en su lugar este se inclinó para verlo de cerca, acaricio su pequeña cabeza para después revolver su cabello y regalarle un dulce beso en la coronilla, acción que me derritió por completo, para después pararse recto y ofrecerle una de sus manos a mi pequeño

-debería tratar con más fuerza señor Jung y por favor llámeme Jin-

Asentí una y otra vez –lo haré director Jin lo prometo- sonaba raro decirlo así, lleve mi mirada hacia mi niño y el hermoso omega que tenía por maestro... Kim Taehyung, hermano menor del director, omega también y el ser más amable que había conocido, su cabello castaño cenizo y ondulado siempre sujeto por bandanas lo hacía lucir completamente divino y que decir de su perfecto perfil, mi ojo de arquitecto lo sabía, la proporción perfecta estaba ahí, sus curvas delicadas, su porte natural y esa increíble voz ronca, no pude evitar perderme en sus caderas mientras avanzaba hacia dentro de la escuela con mi niño tomado de la mano, por si fuera poco Jungkook lo amaba, suspire con pesar justo antes de que mi ángel volteara y se despidiera de mi con un movimiento de mano, le lance un beso para ver su reluciente sonrisa y emprendí la carrera... tenía que llegar a la oficina, había un proyecto que tenía que exponer a los clientes