CAPÍTULO 32

1.3K 113 1
                                    

Sus ojos se levantan de su plato, su mirada fija en la mía mientras mastica la comida. -¿Has arreglado esto? -pregunta después de tragar, y hay una extraña nota en su voz. Gesticula hacia el vino y las velas encendidas en los bordes
exteriores de la mesa. -¿No fue Gail quien arregló todo esto?

"Bueno, ella hizo todo el trabajo", admito. Sólo le pedí unas cuantas cosas.

Espero que no te moleste.
"¿Molestarme? No, por supuesto que no. "Su voz todavía suena un poco rara, pero él no me pregunta más. En cambio, comienza a comer en serio, y la conversación se convierte en mis próximos exámenes.

Después de terminar con la lasaña, Gail saca el postre. Parece tan rico y
delicioso como cualquiera que he visto en un restaurante italiano, y veo la reacción de Christian cuando Gail la coloca sobre la mesa frente a él.

Si está sorprendido, no lo demuestra. En su lugar le da una cálida sonrisa y le agradece por los esfuerzos. No es hasta que ella sale de la habitación que se vuelve para mirarme. -¿Un tiramisú? -pregunta suavemente, con los ojos reflejando la luz de las velas.

¿Por qué, Ana?

Me encogí de hombros. "¿Por qué no?"

Me estudia un momento, su mirada inusualmente pensativa mientras se
mantiene en mi rostro, y espero a que él presione más. Pero no lo hace. En
cambio, coge su tenedor. "¿Por qué no?", Murmura y vuelve su atención al postre.

Sigo su ejemplo, y pronto nuestros platos están casi limpios.

Cuando llegamos arriba, Christian me lleva a la cama. Sin embargo, en vez de desnudarme enseguida, me coge la cara entre las manos. "Gracias por una noche maravillosa, nena," susurra, sus ojos oscuros con alguna emoción indefinible.

Le sonrío, mis manos suben para descansar sobre su cintura. "Por supuesto . . "Mi corazón se siente como que está a punto de desbordar de felicidad. "De nada."

Parece que está a punto de decir algo más, pero luego inclina su boca a través de la mía y comienza a besarme con profunda, casi desesperada pasión. Mis ojos
se cerraron cuando el placer me invadió. Sus labios son increíblemente suaves, su lengua hábilmente acaricia la mía, y el rico y oscuro sabor de él hace que mi
cabeza gire.

Cuando nos besamos, sus manos se deslizan alrededor de mi espalda, presionándome más cerca de él. La dureza de su erección contra mi
vientre envía una lanza de calor directamente al centro de mi sexo, y me aferro a los costados, mis rodillas se debilitan mientras sus labios vagan desde mi boca hacia mi lóbulo de la oreja y luego hacia mi cuello.

-Eres tan jodidamente caliente -murmura. Su aliento casi me quema la piel sensible, y me quejo, mi cabeza se cae hacia atrás mientras él me arquea sobre su
brazo para mordisquear el área blanda justo encima de mi clavícula.

Mis pezones se aprietan, y mi sexo comienza a doler con la tensión pulsando esa sensación tanfamiliar como Christian lame mi piel, luego sopla aire fresco sobre el lugar húmedo, enviando escalofríos eróticos por todo mi cuerpo.

Antes de que pueda recuperarme, me tira de espaldas, girándome para que
esté de pie de espaldas a él. Entonces sus manos están en la parte de atrás de mi vestido, bajando la cremallera.

El pequeño vestido cae al suelo, dejándome sin usar nada más que mis tacones negros, sujetador y tanga.

Christian chupa una respiración audible, y me doy la vuelta, dándole una sonrisa lenta y burlona. "¿Te gusta?" Murmuro, dando un par de pasos atrás para darle una mejor visión.

La expresión de su rostro hace que mi pulso se acelere de excitación. Me mira como a un hombre hambriento que mira un pedazo de pastel, con anhelo agonizante y lujuria desnuda.

HAZME TUYA SEGUNDA PARTE DE SECUESTRADA #premiosobsesiongrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora