Alberto Tercero es todo un experto, mientras trabajan lento, a él no le lleva tiempo, los gordos se acercan y le dicen, "¡Eres un verdadero maestro!" Alberto no está orgulloso, no le apasiona el esfuerzo, lo que otros le envidian para él es solo un defecto. Edificio tras edificio, Alberto trabaja sin mucha dificultad, y como resultado a muchos como él les da hogar.
Un día, el destino se acuerda de él, y le manda a su cabeza la respuesta al dilema que quería resolver: "Debes irte ahora y no regresar, huir de esta mierda y empezar a soñar". Alberto cansado, le responde con certeza: "No ha llegado mi momento, aún no pierdo la cabeza".
Entonces Alberto vive toda una vida, trabajando duro y esperando encontrar la salida, pero el tiempo se le acaba y su aventura nunca empieza. Muy pronto, el destino regresa, a terminar lo que había planeado, pero nuestro héroe no se siente asustado, está convencido de que este es el momento que ha esperado.
El tercero ha dejado un cuarto, y desde el primero han heredado algo. Podemos vivir y morir en el mismo lugar, y seguir su legado.