[Conviction • JK]

02

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–¡I NEED YOU GIRL, WAE, HONJA SARANGHAGO HONJASEOMAN IBYEOLHAE!

Como era rutina de los fines de semana: limpieza del dormitorio, tratar de preparar un delicioso plato de comida sin quemar la cocina, entre otras cosas... Pero jamás podía faltar el equipo de sonido a todo volumen, o quizá lo que sonaba tan alto era la voz de la persona que vivía en el lugar.

–¡Soyoung, cállate de una buena vez!

Y ése, seguido de varios golpes en la pared, era uno de los vecinos de la muchacha.

–¡Vamos, Kihyun! ni siquiera es todo los días. –se quejó, también soltando una carcajada, en voz baja claro.

–No me importa si es todos los días o no, ¡tan sólo cállate!

La morena se acercó a la entrada y bajó un poquito el volumen de la canción que probablemente se escuchaba en todo el edificio, pero no es como que fuera algo realmente molesto, nadie le había presentado un reclamo importante.

–Kihyunnie, déjala, hasta te gustan las canciones no mientas.

He allí otro de los chicos que solía ser un ángel en cuanto a ella como compañera de dormitorio.

–No, Shownu hyung. No.

Él era maravilloso, siempre la sacaba de aprietos, y con "aprietos" puede que englobe única y exclusivamente a alguien, ni siquiera algo.

Yoo Kihyun también era agradable pero poseía un temperamento bastante volátil, igual al de ella. Razón por la cuál podrían tener discusiones, nunca pasaba a mayores. Son Hyunwoo siempre estaba allí para relajar el ambiente, o específicamente a un chico de cabellos color cerezas.

–Si Chaeyeong estuviera aquí ya estarías en el ataúd, Kihyun.

Volvió a reír y en el fondo escuchó otra carcajada, sabía a quien pertenecía puesto que le siguió un suspiro irritado.

–¿Me llamaron?

Hablando de la reina.

–¡No! nadie te llamó, ¡vuelve por donde llegaste!

–Oh, oh. Alguien está más obstinado de lo normal.

...

–Deberíamos ir por un helado. –la pelinegra revisaba sus anotaciones, repentinamente cerró la libreta y soltó esa oración inusual en ella.

–Bien. –la otra joven respondió, en ningún momento levantó los ojos de su celular.

–¿Bien? ¿sólo bien? –volvió a hablar.

La pieza faltante en el rompecabezas mental de la más baja eran esas preguntas, exagerado de su parte pero que podría hacer, le gustaba hacer volar su imaginación y la personalidad de su amiga solía ser predecible, razón por la cual se encontraba analizando demasiado.

–Te delatas con una facilidad... –murmuró, seguía "chequeando" las noticias en su teléfono.

–¿Qué?, a que te refie-...

Se detuvo y antes de que pudiera hablar de nuevo la contraria, para su desgracia, ya había iniciado.

–No puedes negarlo, o bueno si... pero estar de acuerdo lo más que tu cerebro te permita sería agradable, por favor. –la miró expectante.

–¿Qué más quieres que te diga? –le devolvió la mirada pero con un sentimiento totalmente distinto, incredulidad digna de ella.

–¿Ves?, por eso prefiero no decir nada.