FRÍO Y DESPIADADO

* PRÓLOGO * ...Llevame contigo...

Es una melancólica tarde, este dia sesshomaru a decido que por el momento es mejor dejar a la pequeña niña humana en la aldea, con gente de su misma especie, así ella cuando crezca y madure podrá decidir en qué mundo desea vivir si en el de los humanos o en el suyo, sesshomaru voltea a ver a rin, quien se encuentra al lado de él, la pequeña tiene su ojos tan nostálgicos llenos de melancolía, su rostro se encuentra empapado, no puede contener sus lágrimas las cuales son derramadas por la gran tristeza que invade su corazón al saber que ya no podrá seguir acompañando al Daiyokai ni a jaken en sus viajes. Debido a que aún es muy pequeña para seguir a su lado, sesshomaru piensa -es lo mejor para ella, a mi lado a corrido infinidad de peligros, no deseo que ella vuelva salir lastimada, creo que en esa aldea estará mejor- le toma su carita y la mira a los ojos.

-rin cuando seas mayor vendré por ti, por ahora necesito que te quedes aquí, en esta aldea aun eres muy pequeña y debes pasar más tiempo con los humanos, así sabrás qué rumbo quieres tomar cuando hayas crecido, además de que estarás más segura aquí por el momento, estare visitandote con frecuencia, recuerda que no estas sola, escucha rin cuando estés en problemas, o ansiosa, o triste, o en cualquier otro momento, no dudes en llamarme,vendré a ti inmediatamente, aun si estamos muy lejos, si dices mi nombre, definitivamente llegaré volando a ti, si no puedes hablar, silva, silva con tus dedos así como te gusta si así lo deseas- el yokai sabía que era lo mejor para ella, antes de irse posó su mano en el rostro de la pequeña y seco sus lagrimas, despues siguio su camino desapareciendo entre los árboles del bosque.

La pequeña se quedó con un nudo en la garganta, en esos momentos quería decirle tantas cosas pero de su boca no salía palabra alguna, después de que el Daiyokai se hubiese marchado y desaparecido entre la arboleda, rin emprendió carrera tras él, gritando a los cuatro vientos todo lo que en aquel momento no pudo decirle.

-amo sesshomaru!!, amo sesshomaru!!, no me deje por favor, rin quiere ir con usted amo, me gusta estar a su lado amo, rin es feliz con su compañía, amo sesshomaru!!! lo estare esperando , rin promete que será una buena niña para que cuando vuelva me lleve con usted amo sesshomaru, hasta pronto amo sesshomaru!!!-

Caía la noche y una pequeña silueta se veía salir de entre los árboles del bosque dirigiéndose hacia la aldea precisamente a la casa de la anciana kaede, rin llega con la anciana, quien se quedo como su tutora en esa aldea, aunque la pequeña ya está más tranquila es más que evidente su tristeza, su mirada lo dice todo, la anciana trata de consolarla dándole unas palabras de aliento, las cuales hacen que rin recobre el ánimo, después de una amena platica y una rica cena, rin se va a dormir en su futón con un poco de nostalgia aún ya que esta noche ya no la pasara al lado de su amo sesshomaru contemplando el cielo nocturno, ni de jaken y tampoco de su mascota dragón anh-uhn, ella empieza a extrañarlos mucho.

El tiempo camina rápido, ha pasado una semana desde que rin llegó a la aldea, una tarde al entrar a su casa, en su futon vio una caja era algo burda, un poco simple, se acerca para verla con más cuidado, la curiosidad la atrae hacia ella, - quien habra dejado esto en mi futón, me pregunto que habra dentro-, pensaba la pequeña niña, dentro de ella se encuentra un bello kimono color rosa, adornado con una bellas flores blancas en las mangas y con unas bellas líneas azules con un obi azul, la pequeña lo estrecha con fuerza en su pecho, sabe muy bien quien se lo dejo, una bella sonrisa se dibuja en su rostro, - gracias amo sesshomaru- , enseguida se cambia, se quita el kimono naranja que traía, el cual está bastante maltratado y se pone el nuevo kimono que le regaló sesshomaru, se ve tan preciosa, rin luce de nuevo feliz al darse cuenta de que el Daiyokai la sigue cuidando, en eso entra kaede y la ve con su bello kimono -sesshomaru te regalo este kimono nuevo, se nota que sigue al pendiente de ti- rin sale de la casa brincando y sonriendo, acompañando a la anciana kaede en sus deberes como sacerdotisa, visitando a los aldeanos para hacerles curaciones o ayuda espiritual, o dándoles remedios a la gente de la aldea para aliviar a los enfermos, kaede también la instruye, enseñándole cuales las plantas son medicinales, cuales son tóxicas y cuales son comestibles, le muestra cómo hacer remedios para envenenamiento y otras enfermedades, como hacer toda clase de curaciones, rin pone mucho empeño en aprender todo esto, y serle de ayuda a la anciana kaede.