Te habías pasado la noche entera leyendo un libro de terror que te había prestado Robert, un viejo amigo que trabaja en la estación de policía. Si bien no eras un miedoso, no te agradaba para nada la idea de encontrar interesante el genero de terror, por lo tanto lanzaste el libro lejos hasta que cayo sobre un sillón al otro lado de la habitación. Suspiraste cansado, estirando tus brazos, mirando la hora en un viejo reloj de madera que marca casi las once y media de la noche. Te enderezaste y te levantaste de tu asiento, caminando hasta una mesa a unos pasos detrás de tu escritorio, donde había una cafetera y una pila de libros y archivos.
-maldita sea- te quejaste al ver la ausencia de tu preciado liquido, de seguro fue Rayson o alguien mas de la oficina quien se acabo todo el café en venganza por la apuesta ganada en el juego de cartas de la vez anterior. Te recostaste sobre tu silla y miraste desde allí el periódico sobre la mesa de centro que se encuentra entre los sillones de un desgastado color oliva, últimamente los casos de desapariciones han aumentado y las llamadas no habían cesado en semanas.
-hubiese deseado iniciar una investigación, pero el jefe prefirió que me quedase con el caso de asesinato de la secretaria- dijiste algo molesto recordando la conversación de aquella vez.Habías llegado temprano a la oficina, algo inusual en tí, lo cual noto Rayson, un colega y amigo. Lo saludaste y entraste a tu oficina rápidamente, donde te esperaba el jefe.
Lo saludaste con un apretón de manos y lo invitaste a sentarse, le ofreciste café pero lo rechazó.
-quiero que te hagas cargo del caso Torres- dijo luego de una tradicional conversación sobre el clima. Tú lo miraste algo sorprendido.
-pensé que me dejaría el caso de las desapariciones a mi- estabas algo molesto y te cruzaste de brazos en señal de inconformidad.
-lo se, pero Manson es nuevo y... Ya sabes, hay que darle una oportunidad- dijo tratando de convencerte.
-pero, el apenas lleva aquí ¿Cuánto? ¿Un mes? ¿Y yo? ¡Más de nueve años!! Este no es un juego de niños Jeff- te levantaste de tu asiento.
-en efecto, esto no es un juego de niños, es por eso que quiero que el haga el trabajo, le va a enseñar cómo funcionan las cosas por aquí y también ganará algo de experiencia... Espero lo entiendas- dijo por último, levantándose del sillón y dándole unas palmaditas en el hombro mientras camina hasta la puerta.-¿quien anda allí?- te pusiste en alerta cuando un fuerte golpe se escuchó fuera de tu oficina, sacando te de tus pensamientos. Estaban golpeando el cristal de la puerta. Te levantaste de tu silla y trataste de tomar la pistola que recuerdas haberla dejado en uno de los cajones. A los segundos los golpes cesan, pero se sigue escuchando el sonido de pasos tras la puerta.
Debo sacar la pistola del cajón y saber quién anda afuera, pensaste. Buscaste con la mirada las llaves del cajón y te diste cuenta del enorme desorden en tu escritorio. Rápidamente te deshisiste de la basura, apilando las hojas en un extremo del mueble. Una vez encontrada la llave, abriste el cajón y sacaste la pistola.
Te Acercaste hasta la puerta y miraste por un pequeño espacio de la cortina al intruso.
-¿Quién es?- dijiste alzando la voz.
-ho... Hola, yo soy René Wolsfrog y quería saber si usted es el detective Hertberg- la suave voz de una mujer fue la que rompió la tensión del momento.
-eh, bien... Soy yo, pase y dígame su problema ¿En qué puedo ayudarla?- abriste la puerta y dejaste entrar a una mujer morena y de ojos verdes que llevaba un abrigo de cuero sobre un vestido negro, en su mano porta un bolso grande con candado de clave, el cual sujeta con fuerza.
-Lamento molestarlo tan tarde detective, pero es importante que contactase con usted, de otro modo no se qué otras atrocidades podrían suceder- dijo nerviosa mirándole a los ojos.
-tranquilícese, siéntese por favor y cuenteme su problema- dijiste caminando rápidamente hasta tu escritorio, sentandote y poniendo las manos en la madera. Pasaron unos segundos de silencio hasta que decidiste hablar- eh, bien... Dígame ¿Cual es su problema?
-vera señor detective...- comenzó ella.
-Hertberg... Jack Hertberg- la interrumpir- continúe por favor.
-si... Señor, digo... Jack.... Mi hija- saco una fotografía de su bolsillo- es ella ¿La ve?- señaló a una alegre joven de cabello marrón y pecas que sonreía al camarógrafo, mientras que sostenía a un gato negro en sus brazos- ella desapareció hace dos semanas en mi propia casa, además otros vecinos y conocidos también han desaparecido, las únicas pistas que tengo es que cada vez que alguien desaparece; queda una marioneta en el lugar donde estaba esa persona.
-muy bien- dijiste tomando nota de lo dicho en tu libreta personal- dígame... ¿Su hija tenía algún... Problema? Ya sabe ¿Había notado un comportamiento extraño en ella o dijo alguna vez que se sentía observada?
-una vez... Dijo que había visto algo extraño en el bosque desde su ventana, dijo que era como la silueta de una chica vestida de negro y entonces desde allí que los cuervos la seguían.
-¿Cómo era esa chica? Lo que vio su hija- preguntaste.
-no recuerdo mucho, solo sé que según mi hija; era una chica de más o menos su edad y que llevaba un traje negro algo corto, su piel era pálida y su cabello castaño lo llevaba hasta la cintura.
-bien...mmh.... ¿Cuando fue la primera desaparición?
-fue...- hizo una pausa tratando de recordar- creo que en Abril, recuerdo que había llegado una caravana de gitanos con un show de marionetas... ¡Oh! Por cierto, el nombre de mi hija es Lindsay, Lindsay Scott.
-bien, veré qué puedo hacer... Déjeme la dirección del lugar de los hechos y estaré listo para empezar mañana- dijiste sonriendole.
-le aconsejo viajar esta noche, llegará temprano en la mañana y así se evitará... Malos ratos- te pasó un papel con la dirección y tú lo guardaste en un bolsillo de tu camisa.
-¿Malos ratos?- preguntaste curioso.
-si... Bueno... La noche es algo traicionera- respondió reclinandose en el asiento. Hubieron unos minutos de silencio hasta que René hablo, pidiéndote que abras el bolso que se encuentra al lado suyo, pues allí se encuentra un obsequio propiedad de su hija, lo cual, según ella, te servirá para encontrarla.
-me temo que me eh olvidado de la contraseña- dijo refiriéndose al candado del bolso- pero como usted es detective no me sorprendería que la encuentre.
-descuida, no será difícil- dijiste viendo que está se tomaba la frente y respiraba pesadamente- ¿Sucede algo?- preguntaste preocupado.
-no nada, un vaso de agua me caería bien, pero no sé preocupe.a) -Iré a traerle un vaso de agua primero para que se sienta mejor-
b) Abrir el bolso primero.
c) mostrarle el tanque de agua mientras abres el bolso.
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Puppet Tales: El Show De Titeres.
FantasyExtraños sucesos de desapariciones misteriosas comienzan a ocurrir y todo indica a qué el o los culpables de esto son un grupo misterioso de titiriteros que viaja de ciudad en ciudad, en las cuales ocurren los hechos. Solo tú podrás decifrar el mist...