Al Enamorarme De Tí (Proxys Y Tú)

Capítulo 3

El ambiente cada vez era más pesado y helado. Los tres chicos estaban petrificados como estatuas ante aquellas palabras. No eran perjuiciosos, era el simple hecho de que su trabajo se complicaria por el no saber como comunicarse con él. Las misiones también serían difíciles y la convivencia, aunque la última no era algo recurrente entre ellos, pues eran asesinos.

Alen miraba a los chicos un tanto extrañado ante las actitudes de sus compañeros. Volteo la libreta releyendo lo que había escrito, noto que todo estaba en su lugar y con buena gramática. Guió su mirada a los chicos, estaba un tanto confundido. Un pensamiento llegó a la cabeza de Alen, fue equivalente a un fuerte golpe en la realidad. En su mente denoto la palabra "mudo".

Ninguno de los 4 presentes en la habitación se atrevía hablar. Alen mordió su labio y agachó la mirada molesto. Tomo sus cosas casi en un arrebato para salir a paso firme y brusco de aquella habitación.

En la mente del menor pasaban pensamientos de enojo hacia los nuevos. Su mente se había hecho a la idea de que lo considerarían débil.

-《La sociedad ha hecho que busquemos defectos en las personas》.- Pensó la peli negra con molestia e impotencia de no poder defenderse con la voz.

Los chicos en cambio, se quedaron solos en aquella habitación sin saber que hacer realmente. Los 3 intercambiaron miradas sabiendo lo que el otro pensaba. Los tres tomaron sus mochilas t salieron de aquel lugar sin ganas de seguir a su objetivo, de cierta forma se sentían mal pues iban a meter al pobre muchacho a un mundo oscuro de donde nunca saldría.

[...]

Alen había llegado a su casa. Se escuchaba que nadie estaba y era normal. Su padre salía todos los días a supuesto trabajo y llegaba en la madrugada o hasta el día siguiente en la mañana. Su madre, se encontraba internada en un psiquiatría por la enfermedad de pica que padecía. Hace mucho, los días para ella eran una tortura constante, ahora, sólo era una constante soledad a la cual se había acostumbrado.

Dejo su mochila sobre el sofá viejo y desgastado que tenían a mitad de la sala, al momento de aventar sus cosas unas partículas de polvo salieron de este. Su padre llevaba 4 años diciendo que comprarían uno nuevo, lo cual era obvio que no pasaría.

Se paseó un rato por su casa, la decoración de esta era más como casa de abuelo, pero el olor era a ginebra y cigarrillo.

Subió lentamente las escaleras hacia su cuarto escuchando el rechinar se la madera.

Por fin se sentía tranquila y en paz, ya no sentia la mirada penetrante sobre ella, eso le calmaba, se sentia segura nuevamente en la tranquilidad de  su hogar y lo aprovecharía para descansar lo que no pudo la noche anterior.

Sonrio al entras a su cuarto y suspiro aliviada. Sin pensarlo dos veces se arrojó a su cama golpeando levemente su nariz sobre la colcha gris metálica de su colchón. No se inmutó en lo más mínimo por aquel golpe que había soñado en seco, simplemente decidió cerrar sus ojos para descansar, por alguna razón sabía que el día siguiente sería pesado. Los rostros de los chicos nuevos vinieron  a su mente, la lleno con un poco de rabia por su impotencia...