El día estaba oscureciendo poco a poco y no debido al paso de las horas sino a las grises nubes que cubrían el cielo. Era una tarde un tanto fría y no gracias al viento, pues estaba ausente, sino al ambiente que se sentía así, tal vez las nubes contribuían en ello también. Las calles estaban prácticamente vacías, posiblemente debido a todo lo anterior.
Unos pasos apresurados resonaron a medida que avanzaban por aquella calle algo apartada. La esbelta figura cruzo de una vereda a la otra para continuar su camino. Tomo con sus temblorosas manos los extremos libres de su saco y los estiró para cubrir por completo su torso, sosteniendo la ropa de esa forma sin molestarse en prender los botones. Para cualquier persona esto pasaría como una simple acción para protegerse del frio pero en realidad era una forma de poder, disimuladamente, llevar sus manos a su pecho como si con eso la opresión que sentía allí fuese a desaparecer. Tomo una gran bocanada de aire, cerrando con fuerza los ojos, pero no fue suficiente. Cambio drásticamente de rumbo avanzando unos pasos dentro del callejón más próximo para descansar su espalda contra la pared más cercana, dejándose caer finalmente al suelo. Fue el refugio más inmediato que encontró para protegerse de las miradas extrañas, no quería que nadie tuviese oportunidad de ver el estado en el que se encontraba. Aunque realmente ninguna de las personas que recorrían las calles había prestado interés, todos estaban demasiados ocupados con sus propios asuntos. Nadie había notado como la morena se desmoronaba en aquel callejón, nadie... Excepto por una figura del otro lado de la calle cuyos profundos ojos verdes habían observado todo el trayecto realizado por la muchacha.
Abrazo con fuerza sus piernas mientras ocultaba su rostro entre sus rodillas, expiro el aire contenido y no pudo retener el llanto por más tiempo. Pero no emitió sonido alguno. Apretó sus dientes con fuerza, prácticamente con la misma que cerraba sus puños, intentando a toda costa que los sollozos no pasaran más allá de su adolorida garanta. Respirar le era difícil porque el aire en sus pulmones nunca parecía ser suficiente e inconscientemente cortaba los suministros para no producir sonidos.
Un par de largas piernas se detuvieron frente a la muchacha. Aun contrastando el desgastado jean y la blanca camisa contra la oscuridad del callejón, no fueron notadas en lo absoluto por la persona sentada en el suelo.
Permaneció con los ojos cerrados todo el tiempo, incluso en el momento que levanto la cabeza al inclinarse hacia atrás. Golpeo su espalda contra la pared: una, dos, tres veces, como si el dolor en su interior no fuese suficiente, para luego volver a esconder su rostro entre sus piernas. Siempre había tenido que ocultar su llanto, jamás había llorado libremente y después de tantos años ya no sabía cómo hacerlo. Esta era la única forma que tenía: llorar en silencio sintiendo las lágrimas deslizarse por sus mejillas, la única evidencia de su estado.
...Por favor, no llores más...
La persona de pie imploro con un tono de voz un tanto suave aunque bajo mientras sonreía levemente mirando con unos ojos dotados de cariño y devoción. No recibió respuesta sin embargo eso no basto para que la sonrisa desapareciera de su cálido rostro.
Se agacho quedando en cuclillas, apoyando sus codos en sus muslos para sostenerse más cómodamente a la vez que su rostro quedaba frente al de la joven quien aun lo ocultaba entre sus piernas. Se inclino hacia adelante levemente y volvió a hablar casi en un susurro.
...Vamos, no llores. Sabes que las cosas mejoraran, aunque tarden, siempre lo hacen...
Lentamente un bello rostro salió de su escondite dejando ver unos ojos castaños húmedos y un tanto rojos por el llanto. Los orbes verdosos se enfocaron exclusivamente en ellos y la sonrisa se volvió más amplia. Siguieron curiosos al otro par que habían continuado su recorrido hacia arriba a pesar de ya saber la muchacha de que se trataba. Ambos rostro miraron al oscuro cielo ceñirse sobre ellas sin moverse de sus posiciones mientras pequeñas gotas descendían aumentando en número con los segundos.