Apartado con los retos de la cuenta oficial de los embajadores de wattpad.
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Mucho cariño y ¡claro!
Abracitos de oso, XOXO ♡
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Hace tantos años en retrospectiva la idea de una nueva vida era totalmente nefasta, pero tras algunos cambios el día había llegado, cuando una nueva casa, dos hermosos gemelos y un elegante esposo habían arribado a la vida de Verónica.
Tiempo atrás, luego de quedar viuda, contrajo nupcias con un joven comerciante que le ofreció todo lo que su antiguo marido no le dio, todo menos lo que ya por herencia su ex-esposo le dejó, hijos.
Matthew y Nicholas eran tan apuestos como nunca lo fue su padre, tan bellos como su madre siempre soñó, y tan diferentes como nadie creería, a pesar de compartir el mismo rostro. Mientras Matt era un prodigio, Nick era introvertido y algo lento, si Matt decidía salir afuera, Nick se quedaba dentro jugando con Davis, su amigo imaginario desde que tiene memoria.
Davis siempre era el único amigo de Nick, junto con sus osos de felpa, hasta que en su cumpleaños ocho, el joven comerciante trajo a casa un lindo osito de traje al que Nick adoró.
Desde ese instante, Nick dejó de ser él.
Era una situación constante ver a Matt acusar a su tímido hermano de golpearlo.
—¡Mamá! Davis y Nick me han pegado.
Entonces Matt rompía en llanto cuando llegaba Nick cargando a su osito.
—¿Qué sucede Matt? ¿Por qué lloras?
Repentinamente era difícil hallar una diferencia entre el antiguo Matt y el actual Nick. Cambiaron completamente su personalidad y las acusaciones seguían.
Davis y Nick herían a Matt y esta situación ya era un fastidio para el matrimonio.
—Davis se debe ir —. Pronunció la mujer llamando la atención de Nicholas y su osito.
—Pero no puede —. Afirmó.
—Claro que puede y lo hará...
Verónica alzó al osito arrebatandolo de sus pequeñas manos mientras él veía como Davis se alejaba.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Verónica cuando todo tomó un nuevo rumbo de preocupación a horror. Algo la mordió.
Bajó su rostro viendo al osito tomar vida.
—¡Davis! —. Gritó Nick —. No hagas eso...
—Callate y trae lo que te pedí —. Una voz ronca, fría y con rastros de un alma oxidada era lo que caracterizaba aquel sonido.
—Si —. Nick corrió y Matt se quedó estático.
—Ahora volveremos a ser una familia feliz —. Murmuró el osito trepando por el brazo de Verónica mientras la mujer gritaba con miedo.
Nick regresó con un cuchillo en sus manos y se dirigió a su hermano.
—Debes ser feliz Matthew, sino papá se enojará...
—No... por favor Nicholas, no lo hagas —. Rogó Matt mientras retrocedía, alejándose de Nick.
—Lo lamento mucho Matthew... le prometí a papá que sería feliz...
Entonces Matthew y Verónica gritaron, gritaron hasta ser felices.
Una hora más tarde Davis apareció por la puerta principal y llamó:
—¡Verónica! Cariño, llegué.
Se aproximó a la sala y sonrió al ver a la mujer con un osito de traje en su regazo y sus dos hijos a ambos lados, su boca desgarrada hasta formar una sonrisa. Ahora eran una familia feliz.
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