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Ámbar P.O.V 

Ámbar, ¿qué haces con esas maletas? -Preguntó Luna confundida mientras yo bajaba de las escaleras, traté de ignorarla, pero la chiquita me agarró del brazo haciendo que la mirara obligatoriamente- Ámbar, te hice una pregunta.

Lunita eso a vos no te importa, no eres nadie para meterte en mi vida. —Alcé una ceja alejando mi brazo de su mano mientras sentía que más personas estaban observando esta escena armada por mi nueva prima. Miré detrás de Luna y noté que se encontraban sus padres junto a Simón y Alfredo. Rodeé los ojos y salí con las maletas al área de la piscina.

Ámbar, no me ignores -Habló entre dientes Luna, hice caso omiso a lo que había dicho mientras salía hacia la piscina. Pequeños recuerdos de hace dos años venían en mi mente donde Matteo y yo éramos la pareja perfecta. Me senté en una de las camas de playa que estaban ahí para mandarle un mensaje a Emilia de que viniera por mi-

Ámbar, hija, ¿por qué no estás adentro con los demás? -Pregunto alguien haciendo que apartara la vista de mi celular para mirarlo. Sonreí falsamente para regresar mi vista al celular-

Ámbar, mi abuelo te preguntó algo -Deje el celular de lado mientras me levantaba de la silla, miré a Luna furiosa mientras ella se acercaba a mi-

Luna me tenés harta, deja de estar siguiéndome para decir que me dijeron algo o que te responda -Me acerqué a ella furiosa, pero algo que me sorprendió es que Luna no tenía miedo- No me importa si sos Sol Benson, para mí siempre serás la hija de los emple -No pude terminar de hablar porque Luna me dio una bofetada en mi mejilla, baje mi mirada al piso en el momento que me pegó para después mirarla con los ojos cristalizados y transmitiendo enojo a través de ellos-

Mira, Ámbar, si vas a estar viviendo con nosotros tienes que respetar a mis padres, a mi abuelo y sobre todo a mí -Se cruzó de brazos, volteé por un momento hacia otro lado y noté que Matteo estaba presenciando nuestra escena, pero no le di tanta importancia a eso así que volví a mirar a la chiquita-

Tú no eres quién para darme órdenes, Luna Valente -Hice una pausa mientras miraba a Luna divertida, pero a la vez enojada por lo que me hizo- ¿O debería llamarte Sol Benson?

Esta es mi mansión y vas a hacer lo que yo quiera, Ámbar -Contestó en voz alta Luna, y solté una risa burlona. Caminé cerca de ella para irme de ahí, pero Luna me detuvo del brazo para después darme un pequeño empujón y tirarme a la alberca-

Intentaba nadar, pero no podía por los tacones que tenía puestos, al parecer uno de ellos se había quedado atorado con algo así que estaba por rendirme y aceptar que iba a morir ahogada por culpa de mi prima, pero sentí unos brazos rodearme la cintura para ayudarme a salir de lo profundo de la alberca.

Deberías estar con tu novia -Rompí el silencio formado por ambos mientras estábamos sentados en la orilla de la alberca sin decir nada. Sentí que Matteo estaba solamente mirándome, cosa que me ponía nerviosa, pero a la vez me incomodaba- 

Luna ya no es mi novia, pero tienes razón, debo estar con mis amigos -Murmuró para después salir de la alberca. Lo seguí con la mirada hasta que entró al living de aquella mansión, sintiendo algo de decepción por llegar a pensar que Matteo se iba a quedar conmigo, pero me equivoqué-

14 de marzo de 2016

Eres mi tomate -Susurró Matteo para después dejar un beso en la mejilla de su novia. Ámbar sentía sus mejillas arder y le empezaba a doler el sonreír mucho tiempo, pero no podía dejar de hacerlo-

Amor, basta -Soltó una risa leve mientras estaba siendo guiada aún por Matteo hacia su sorpresa, solamente esperaba que Sharon o Rey no se dieran cuenta de que no se encontraba en la dichosa mansión. Matteo soltó las manos de la chica haciendo que ella sintiera miedo de que él la haya abandonado en un lugar que no sabe dónde es- Ma... Matteo ¿Estás aquí?

-Se encontraba preocupada al no recibir ninguna respuesta de parte de su novio, así que dirigió sus manos hacia el nudo del pañuelo que él le había puesto para tapar sus ojos, pero sintió unas manos sobre las suyas- Hey, eso debería hacerlo yo -Sonreí al escuchar su voz-

Una vez sin que nada impidiera que viera ella se puso a observar el lugar donde su novio la había llevado, ambos jóvenes estaban en medio de la playa, pero no entendía lo que pasaba así que dirigió su mirada hacía su novio notando que él le sonreía y la miraba de una manera tan especial, como si mirará lo más preciado que tenía en su vida. La chica soltó un suspiro mientras lo miraba aún, pero el joven recordó que tenía más sorpresas para ella, así que agarró su mano para llevarla a una mesa que tenía velas en medio y unos pétalos donde alrededor formaba un corazón.

¿Te gusta? -Rompió el silencio mientras seguía sonriéndole a la rubia, A ella le correspondió aquella sonrisa mientras seguía sin poder creer lo que su novio le tenía de sorpresa después de pensar que él estaba enojado por lo de hace unas horas-

¿Hiciste esto tú? -Preguntó la joven mientras se sentaba en una de las sillas para después tomar la mano de su novio, quien también se había sentado frente a ella.-

Sí, le pedí algo de ayuda a Gastón porque quería sorprenderte -Él empezó a acariciar su mano, ambos jóvenes no podían apartar la mirada del otro, pero también sus corazones laten con fuerza- Sé que no he sido el novio del año últimamente, sé que he cometido errores y eso gracias a mi reputación en el Blake, pero Ámbar debes de saber que te amo más que a nadie en el mundo. Eres lo que más quiero en este mundo, eres la única chica que hace latir mi corazón y no quiero que dudes jamás de este gran amor que tengo por ti, Smith.

Actualidad.

Reí al recordar aquello mientras limpiaba una lágrima que había salido al recordar aquel momento. Matteo jamás llegó a amarme como lo hizo con Luna,  ¿qué es lo que tiene esa chiquita que hace que todos se enamoren perdidamente de ella, provocando que me hagan a un lado?

Eres la única chica que hace latir mi corazón -Susurré mientras tomaba mi maleta para meterme a la mansión, sintiendo las miradas de todos sobre mí, ¿cómo no? Si, por culpa de Luna me encontraba con mi ropa mojada pegada a mí, pero no les di importancia, lo único que necesitaba era bañarme y descansar.

Quiero agradecer por este capítulo a un chico muy bonito que, sino fuera por él y su interés de leer lo que escribía hace años no volvería a publicar estos episodios. Si lees esto, te amo mr D.

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora