La chica del bus

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SeulGi la miró. Su cabello castaño iba suelto pero no le cubría la cara, lo cual agradecía. La chica era bonita. Muy bonita.

Si llevaba maquillaje debía haber luchado para que se viera natural, a excepción de sus labios. Eran rosa, un rosa no natural, pero muy favorecedor para ella.

Era hermosa.

SeulGi apretó más el tubo del bus. Era la primera vez que veía a la chica, y esperaba que no fuera la última.

Ella estaba en el bus, sentada más atrás que el día anterior, pero ahí estaba. SeulGi sonrió al verla, aunque ella no la miraba. La chica miraba por la ventana, con el rostro serio. Esta vez llevaba el cabello en una coleta alta, dejando visible sus orejas. SeulGi fue capaz de ver que usaba pendientes pequeños.

SeulGi iba de pie, de nuevo. Se le había hecho tarde, aunque eso ya no era una novedad. Solía levantarse tarde, y la excusa que daba era que odiaba madrugar.

—Todos odian madrugar —dijo su madre mientras la acompañaba a la mesa.

—Yo lo odio más que los demás —respondió encogiéndose de hombros.

La mayor la miró con una ceja levantada. SeulGi sonrió, sus ojos perdiéndose y sus mejillas inflándose. Corrió hacia el cuarto de baño a cepillarse los dientes y ver que no se viera en mal estado. Su cabello, aun sin nada sobre él, se veía peinado y arreglado. Esperaba quedarse así cuando llegase a la parada.

—Te veo en la tarde. —Se acercó a la mujer y le dio un sonoro beso en la mejilla—. Te quiero. —Y sin esperar respuesta salió corriendo.

Al cruzar la puerta pudo escuchar un «te quiero» de su madre. Y echó a correr. Aunque debía apresurar el paso, no le desagradaba. De no ser porque cogía el segundo bus de la mañana no hubiera podido conocer a la chica del bus. Sonrió inconscientemente al saber que la vería.

—Es un ángel —dijo a SeungWan, dejando la bandeja en la mesa y sentándose en el comedor del instituto.

—Debe ser muy bonita —comentó la pelinegra sacando de la funda sus palillos.

—Es hermosa —replicó la rubia con emoción.

SeungWan casi podía ver corazones en los ojos de SeulGi. Sonrió, entre divertida y enternecida por la expresión de su amiga.

— ¿Desde cuándo te gusta?

—Desde hace como un mes atrás —respondió llevando a su boca una porción de arroz.

La pelinegra asintió.

— ¿Y haces algo más que mirarla? —Esta vez fue el turno de SeulGi de asentir—. ¿Qué?

—Desvío la mirada cada que me ve.

SeungWan golpeó su propia frente con su mano.





La estaba mirando. Otra vez.

JooHyun sonrió cuando la rubia le quitó la mirada.

Desde hacía unas semanas atrás que JooHyun se sentía observada. Bueno, usualmente se sentía observada, pero esa vez era diferente. Sentía que la observaban con intensidad, y por repetidas ocasiones.

La primera vez que lo sintió no dudó en ver quién sería. Si era un hombre no tendría problema en cambiarse de asiento, o bajarse del bus si fuese necesario. Ese día no estaba de humor para coqueteos. Cuando vio quien era no pudo evitar sonreír. Era una chica, con el cabello rubio. Un rubio muy claro, si debía decirlo. No hizo nada al respecto. Algunas chicas solían mirarla, ya se había acostumbrado a ello, por eso no le pareció raro cuando ella le quitó la mirada.

La chica del bus | SeulReneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora