Capítulo único

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— ¡YuGyeomie! —un grito resonó por todo el departamento, acompañado de pasos rápidos, lo cual lo detuvo de su labor de prepararse un sandwich.

— ¿Qué pasó, Bam? —preguntó, al tiempo en que se llevaba el dedo pulgar a su boca, el cual estaba manchado de mostaza, y lo chupaba levemente.

—Yug, mira lo que tengo aquí —El mayor avanzó hacia su novio de manera veloz, con el teléfono entre sus manos, hasta posicionarse a su costado y posicionarlo frente a sus ojos.

El peligris enfocó sus orbes en la pantalla, viendo los diversos y abundantes comentarios del último video que había publicado su novio.

— ¿Qué hay con eso? —BamBam rodó los ojos y le señaló un comentario en específico, que tenía abundantes respuestas y likes. YuGyeom volvió a mirar y, esta vez, sí leyó dichas palabras. —Oh, quieren que aparesca en uno de tus videos.

— ¡Sí! Entonces, ¿aceptas? Por favor di que sí —pidió, con un puchero en sus esponjosos y rojizos labios, el cual le pareció completamente adorable. 

—Claro, Bammie, lo que tú quieras —sonrió, y lo tomó de las mejillas para darle un sonoro beso.

—Gracias, Gyeomie. Te prometo que será muy divertido —dijo, antes de salir de la cocina, dejando al mencionado atontado y con el sandwich desarmándose por haber estado, sin darse cuenta, aplastándolo con su mano.










BamBam, o Kunpimook, como solían llamarlo sus amigos y familiares más cercanos, se encontraba feliz y nervioso por hacer un video con YuGyeom, su lindo y alto novio.

En ese momento, se encontraba buscando en Internet algún tema que resultara llamativo para sus suscriptores, descartando unos cuantos y anotando otros.

Sí, él era un youtuber. Todavía recuerda el día en que subió su primer video. Se había sentido muy nervioso y ansioso, pues habia comenzado desde cero, como la mayoría. Pero esas emociones se disiparon cuando, luego de 5 días, vio que tenía 10 vistas y 5 likes. Desde ese día, siguió subiendo videos, y cuando aparecieron los primeros suscriptores, le dieron ganas de llorar. Sí, era todo un sensible, pero era su felicidad y nadie se la podía arrebar.

En la actualidad, con un poco más de 8 meses en esa red social, ya contaba con 500 mil suscriptores y estaba que rebosaba de alegría. Claro que no todo había sido de color rosa. A veces el trabajo y los estudios lo dejaban muy cansado, y cuando se le juntaban con un día de grabación, se estresaba y terminaba muy agotado. Sin embargo, al leer los lindos comentarios de felicitaciones por el video o los alagos por lo bonito y divertido que era, lo valía. Además, YuGyeom siempre estaba ahí para apoyarlo, y eso era algo que agradecía infinitamente.

—Bam, ¿ya terminaste con la laptop? La necesito —La voz de su novio lo sacó de sus recuerdos, haciendo que voltease a verlo y le sonriera, para asentir y ponerse de pie.

—Úsala. Luego puedo terminar —dijo.

Caminó hacia la puerta del pequeño cuarto de estudio que tenían, pero la mano de YuGyeom lo detuvo, haciendo que volteara y lo mirara curiosamente.

— ¿Qué pasa? —preguntó.

— ¿Sábes qué? Puedo esperar. Mejor busquemos ideas para nuestro video —BamBam estaba totalmente enamorado de esos pequeños detalles que tenía YuGyeom con él, haciendo que su corazón se sintiese feliz siempre.

— ¿Seguro?

Sin embargo, no quería perjudicarlo o causarle molestias con sus estudios.

—Sí, Bammie —insistió, al tiempo en que jalaba delicadamente del brazo a su novio y se sentaba en la silla giratoria, para luego sentar a BamBam sobre sus piernas, abrazándolo de la cintura.

Youtuber (Yugbam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora