Llevaba 10 minutos andando, buscando, preguntando , intentando encontrar mi destino. Sentía una mezcla de miedo, nervios, y alegría. Estaba muy contenta, sabía que esta era una de las mejores ofertas que me podían ofrecer. Era consciente de lo duro que iba a ser, y el esfuerzo que tenía que emplear. Nunca había sido mi fuerte, pero estaba dispuesta a dejarme las pestañas para conseguir que se convirtiera en una de mis pasiones, tenía que hacerlo, ya que para mí era una gran oportunidad.
El sitio me gustaba, me encantaba, y estaba muy cerca de la facultad. Por momentos no sabía lo que hacía, dejar mi casa, mi familia, en mi primer año de universidad, solamente para hacer eso. Me sentía valiente, en realidad. Creo que toda mi vida he hecho cosas que requieren valentía, y además he pasado por cosas duras, bastante duras. Que si un examen certificado, un título importante, cambios de colegio, enfermedades de mi familiares. Todas ellas, en verdad, me han hecho una persona fuerte, una mujer, de hecho, capaz de cualquier cosa.
Trabajar en el Edificio Arcoiris , con niños huérfanos me iba a ayudar a descubrir más cosas de la vida, y sobre todo, me iba a enseñar a ser una madre, una de las buenas. Estaba totalmente segura que desde que pisara en aquel sitio, me iban a pasar cosas muy buenas, además de malas. Pero lo que no sabía era que en los próximos 9 meses mi vida iba a cambiar radicalmente.
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La habitación Esmeralda
RomanceCarlota es una joven de 18 años que al empezar la universidad decide trabajar en un orfanato con niños de todas las edades. Este centro ofrece pagarle los estudios a cambio de dedicarse 24 horas del día al cuidado y atención de menores con problemas...