La hija de un Magnate

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1. Fiesta, baile y diversión en Mykonos.

Soy Jacqueline Jacova conocida por todos como 'Jackie' ahora me encuentro en Mykonos con mi mejor amiga Helena 'Lena' Gelman que también es amante de las fiestas... Bueno de estar conmigo.

¡OMG! Jackie estas ebria.- Lena.

Tranquila no es para tanto.- Yo.

Si tu padre se entera que viniste sin su permiso te castigara.- Lena.

Vamos, no es para tanto solo estamos en una fiesta.- Yo.

No lo sé Jackie estoy cansada son las dos de la mañana.- Lena.

Bueno que descanses.- Yo.

La fiesta estaba magnifica no iba a dejarla y más cuando en la madrugada en esos momentos a veces me preguntaba porque me traia a Lena a fiestas si era algo aguafiestas.

Luego, recordaba que era mi mejor amiga que haría sin esa rubia mandona y aguafiestas, la voz de la razón dentro que mi alocada cabecita.

Ella tenía razón debiamos volver, sin embargo, tenía una borrachera tan terrible que no me dejaba ni caminar.

Caray, no puedo ni caminar Lena.- Yo.

No me siento muy bien.- Yo.

¿Como te vas a sentir bien? Si nunca haz tomado ¡solo tienes 16 años!- Lena.

Ya deja de gritarme y vamos a la habitación del hotel.- Yo.

Salimos del lugar y no pude evitar vomitar a causa de la borrachera que tenía.

¿Tienes las llaves?- Lena.

Si dejame ver.- Yo más aliviada.

Reviso mi bolsillo y recuerdo que dejé la llave en la habitación, me dije a mi misma lo tonta que era.

¿Y?- Lena.

Se quedaron en la habitación.- Yo.

¡Tu! !Tonta inconciente!- Lena furiosa.

¡Ahora como entraremos!- Lena.

¿Y las identificaciones falsa? ¿Las tienes?- Lena.

Si, aquí están.- Yo mostrandola.

Dame eso.- Lena molesta.

Caminamos hasta el auto y Lena lo conduce nos dirigimos al hotel, el mejor de la isla a descansar debiamos estar allá en casa mínimo a las nueve de las mañana cuando mi padre Igor Jacov iba a ver como estaba.

Llegamos al hotel y solucionaron el problema para nuestro alivio nos fuimos a dormir.

Al día siguiente...

Lena apaga el despertador.- Yo.

Lena... Lena.- Yo.

Abri los ojos y lo primero que me encuentro es a mi padre y sus guardaespaldas en nuestra habitación.

Lena aún seguía dormida y yo con síntomas de la borrachera, le tiro una almohada a mi amiga y le tocó la cara a mi padre diciendo:- Vaya, mi borrachera me esta haciendo alucinar hasta me imagino que esta aquí.

Lena que ya estaba despierta coloca su dedo índice y pulgar entre sus lagrimales y agacha su cabeza en señal de vergüenza.

Mi risa se desvanece al preguntar:- ¿Esta aquí cierto?

Lena mueve la cabeza en afirmación y mi primera reacción es escapar como siempre, pero, uno de sus mastodontes me atrapa y empiezo a golpearlo en la espalda.

¡Bajame mastodonte!- Le digo.

Los otros llevaban las maletas y mi padre paga la estadía, todos en el vestíbulo observan el espectáculo.

Mi padre pierde la paciencia y me regaña severamente en ruso nunca lo había visto tan molesto.

Lo sentimos mucho, tío.- Lena.

Bajame mastodonte.- Le digo.

Mi padre autoriza a Gus que me baje y lo hace, Le digo:- Así está mejor.

Quiero oír una disculpa.- Igor.

Lo siento padre no volverá a ocurrir.- Le digo.

De eso puedes estar segura.- Igor.

¿A que te refieres?- Pregunto confundida.

Iras a un internado.- Igor.

¡Sobre mi cadáver!- exclamó.

Empuje a Gus y me colocó a correr afuera había otro de los mastodontes de papá.

Mi padre me conocía muy bien tanto que ya sabía mis tácticas de escape debo admitirlo eso se lo dio la experiencia de lidiar conmigo nunca he sido una perita en dulce, ni mucho menos.

Imaginar ir a un internado con cretinos que le gusta cotonear su dinero eso no era lo mío ruego que Lena vaya conmigo es mi prima y mejor amiga después de todo.

Subimos a avión privado, durante ese tiempo todo el viaje estuvo normal hasta que llegamos a Moscú.

Tuve tiempo de tomarme una ducha e intentar convencer a mi padre, aunque, lo veía difícil cuando se le metia algo en la cabeza era difícil sacarselo.

Al menos debía intentarlo sino se intenta no se logra eso es algo que le aprendí a mi padre de hecho él no nació en cuna de oro.

Era un hombre trabajador que empezó desde abajo siendo minero cuando era adolescente. Sus ganas de seguir adelante hicieron que su jefe el presidente de la compañia se fijará en él y lo dejará como dueño de todo al no tener hijos.

Llegue a la puerta y siento un escalofrío no sabia si funcionaria, por lo que, me armo de valor.

¿Puedo pasar?- preguntó.

Si, adelante Jacqueline.- Mi padre Igor.

Papá en serio lo siento.- Le digo.

Eso ya lo sé.- Igor.

¿Entonces? ¿Por que me envías a mi y a Helena a un internado?- Le digo.

Veo que ella ya te dijo.- Igor.

Sentí un alivio al oír que Lena iría conmigo al internado al menos tendré un hombro en donde llorar apenas llegué.

No, me ha dicho nada sólo quería...- Le digo.

Persuadirme.- Igor.

Vamos, papá estoy bien.- Le digo.

Ahora estás bien, pero tus tonterías te pudieron costar bien caro agradece que es un internado no un reformatorio porque ese era mi segunda opción aquí en Moscú.

A- aquí ¿En Moscú?- Pienso.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo al escuchar eso sabía que los internados más estrictos estaban aquí decidí no seguir reclamando e irme por donde vine.

La hija de un MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora