Querido Ego,
He visto que has sufrido en aquella situación ¿lo recuerdas aún? Pues yo sí, te sentiste solo, dañado y abandonado, lo comunicaste a tu más cercano confidente, ¿y qué pasó? ¡Te repitió lo que ya te han dicho todos! Y no digo todos exagerando pues hasta tu antigua pareja te lo comunicó de igual forma: qué amigos se cuentan con los dedos de una mano...
¡Qué agobiante ha sido oir tales vocablos de los labios de tan cercano ser! No comprende como te sientes, sólo pides acompañamiento. Qué infortunio el tener tal condición social, tal condición perturbadora de la psique que te abruma, no obstante ambos sabemos que ya lo sobrellevaste dos veces y esta tercera ha sido atenuada en comparación y crees que lo has superado o al menos estás cerca de.Sin embargo, Ego, te recuerdo que eres un hombre y no uno de esos héroes griegos que te parecían inmortales y gloriosos de pequeño. Eres un hombre débil de temperamento, temeroso de la réplica y crítica y aún más del rechazo, ¿o acaso no recuerdas a tal amor que te abandonó en aquel verano sin previo aviso? ¿Qué tal de aquel te rechazó por ser tu mismo y el rechazo a su propia persona? Ego, te pido que no le des tanta vuelta a tales situaciones, sé que te dices incapaz, aún así inténtalo, haz un esfuerzo por ti , no por mi ni los demás, hazlo por ti y para ti, te será sano.
Siempre tuyo, superyo.
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Cartas para el Ego
Non-FictionSe le escriben cartas a Ego, el yo más cercano al inconciente crudo del autor. Las vivencias del sujeto que se ha dividido en dos para comunicarse a si mismo lo que ocurre en la relación imaginaria que tiene con el sistema y los aparatos ideológicos...