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-¡Louis, levántate ya!-gritó.

Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos.

-¡Bestia!-volvió a golpear la puerta-Harry vendrá en cualquier momento.

¿Harry? Abrí los ojos, completamente despierto y aventé la sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. Sharon corría de un lugar a otro en busca de algo.

-Yo creí que no te levantarías nunca-farfulló.

-¿Qué buscas?-pregunté.

-Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí-apuntó al sofá.

Miré el reloj, faltaban veinte minutos para las seis de la mañana. ¿Cuánto se tardaría Harry en llegar?...

… ¿Por qué me pregunto eso?

-Busca en tu cuarto, Sharon-musité.

Ella me miró y salió corriendo a su habitación. Dos segundos después llamaron a la puerta.

-Lou, por favor abre-me gritó Sharon desde su cuarto.

Caminé perezosamente hasta la puerta y la abrí. Lo que vi me deslumbró por completo.

-Buenos días-me sonrió y aquella fierecilla enjaulada saltó de un lado a otro en su pequeña cárcel.

-Buenos días, Harry-le devolví la sonrisa-. Pasa.

Le abrí camino y me le quedé mirando mientras pasaba a mi lado, llevaba puesta una chaqueta negra al igual que los apretados pantalones que traía, por dentro de la chaqueta se alcanzaba a ver una camisa en tono rojo. Usaba unas gafas de sol que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esos modelos que sólo ves en televisión.

-Bonita pijama-musitó mirando mi atuendo.

Enrojecí hasta los huesos y me mordí el labio inferior, completamente apenado. Nadie, exceptuando a Sharon, me había visto en pijama.

-Gracias-murmuré.

-¿Dónde está Sharon?

-En…

-¡Aquí!-la interpelada salió de su habitación con la bolsa en la mano y me interrumpió.

-Hola, preciosa-dijo él y luego se acercó para besarla.

Desvié mi mirada, dándoles privacidad y me escabullí hasta mi cuarto. Privacidad, ¿eso quería darles? O sólo quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda.

Me vestí rápidamente y me miré al espejo, realmente nada mal, pero faltaba algo. Tomé mi boina favorita y me la coloqué, ahora sí estaba perfecto.

-¡Louis! Debo irme-gritó Sharon, desde algún lugar cercano a la puerta.

Salí del cuarto no sin antes tomar mi cámara fotográfica.

-Te veo más tarde, espero se diviertan-dijo-. Los amo, a los dos.

-¡Suerte!-dije, pero ella ya había cerrado la puerta.

Miré entonces a Harry, quien se encontraba parado mirándome a mí.

-Creí que íbamos a desayunar en pijama-musitó, divertido al notar mi cambio de ropa.

El rubor corrió de nuevo por mis mejillas y bajé la cabeza.

-Es muy temprano para desayunar-musité.

El rió.

-¿Entonces… quieres que nos vayamos ya? El camino no es muy corto.

-Claro-sonreí y él me hizo seña de que saliera del departamento.

Manual De Lo Prohibido -Larry Stylinson- (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora