Se hallaba en éxtasis, con una sonrisa que podía enceguecer a cualquier que tuviese delante, y un brillo en sus ojos marrones que parecían estar en llamas. Su cabello rojo se balanceaba de lado a lado con los saltitos de alegría que efectuaba, haciendo bailar el vuelo de vestido tras confirmar con sus propios ojos los cuentos que su madre le narraba de pequeña y los recuerdos que su señor le permitió conservar. Quería correr a su lado y hacerlo suyo, incluso si tiene el cuerpo de una infanta, después de todo aún recordaba cuando había sido vendida a un esclavista.
Tuvo que contenerse y seguir el plan que su madre le había ordenado para orientar a su prometido, poniéndose a gritar, entre toda la gente de la estación, donde se encontraba la entrada mágica para el tren que él debía tomar. No le gustaba hacerlo, era como volver a ser un peón en aquel juego que se entabló por el trono hecho de espadas fundidas que terminó congelándose porque nadie confiaba en él hasta que fue demasiado tarde. No era de su agrado, pero si con ello podía verlo una vez más, entonces lo haría gustosa.
No entendió por qué se sonrojó y se ocultó tras la falda de su madre, quizás sea porque sentía vergüenza de no haber podido ayudarle la primera vez, o quizás fueron sus ojos verdes que brillaban con la misma intensidad que aquella sustancia que los alquimistas al servicio de los dragones crearon. Suprimió una ira descomunal entre tantas emociones, ya que su príncipe prometido lucía completamente delgado y pequeño para su edad, leyendo los claros símbolos de maltrato que recibía de quien fuese que tuviese su custodia. Ella podía decir por vivencia propia, que el comer con su familia era un lujo, pero para él parecía ser una bendición. Lo creía imposible, como si no hubiese sido suficiente que antes lo hiciesen dormir en los establos en invierno o darle sobras de las cocinas ya que su "padre" confiaba en que todo estuviese bien, sin saber que su "amable" esposa era una total arpía para con él, incluso llegando a atormentarlo después de muerta, maldiciendo al estúpido sacerdote borracho.
Sus hermanos la presentaron justo antes de verlo partir, atinando a solo poder mecer su mano derecha mientras balbuceaba incoherencias que antes hubiese reemplazado con un coqueteo como aquella vez en la oficina que él ocupaba como Lord Comandante. Antes de que pudiese darse cuenta, estaba corriendo detrás del tren, tratando de ver una vez más su cara, memorizando su cabello oscuro y su piel pálida, reemplazando aquella cicatriz de las garras de un águila por encima de su ojo con un rayo que le daba la impresión de que escondía algo demoníaco.
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Bajó las escaleras helicoidales, bostezando tan groseramente como pudo en el calor de su hogar, pasando una mano por su pelo carmesí para despeinarlo aún más y con su otra extremidad rascaba suavemente su abdomen, el cual emitía un leve gruñido en donde su estómago reclamaba el desayuno. Llegó a la cocina con los ojos entreabiertos, quitándose las lagañas y volviendo a bostezar, saludando posteriormente a su padre, a su madre, los seis hermanos que tenía y a su príncipe prometido.
Príncipe prometido? Ella tuvo que abrir los ojos enormemente, enfrentándose a un par de orbes esmeraldas que la saludaban amablemente, sintiendo su rostro ponerse del mismo color que su pelo y correr rápidamente en dirección al baño, repitiéndose mentalmente que solo se dejaría ver así si retomaban la relación que tenían ates de despertar aquí.
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Esa estúpida rata blonda la había empujado adrede al suelo, y ni siquiera se disculpó por ello. Al menos él la ayudó a recomponerse tras la caída, asegurándose de que no tenía ninguna herida. Por un instante se cuestionó la posibilidad de que R'hllor le haya permitido mantener sus memorias, solo para sacudir la cabeza en busca de despejar esas ideas y continuar con el viaje, ya que estaban justos para el tren.
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La sacerdotisa y el príncipe
RomanceUna deidad disconforme puede otorgar una oportunidad más donde otros no oyeron. Una sacerdotisa tiene que cumplir su deber. Y un príncipe tiene que cumplir con lo prometido. ONE-SHOT