-¿Dónde demonios me encuentro?- mientras decía aquellas palabras, notaba como mi garganta estaba seca, mientras muevo la mandíbula para hablar puedo sentir el rastro un hilo de sangre, no muy fresca, pero lo suficiente para saber que fue una buena pelea -¿Fue pelea o asalto?, que he bebido hasta desconocerme y nada puede estar bien.
-Sr. Romo, no haga esto más difícil- lo decía una sombra a mis espaldas, dudo que el escuálido del oficial que tengo delante de mí sea capaz de tener una voz tan imponente- Cierto, debo presentarme- creo que han notado mi cara de desconcierto- soy el general Franco Baz, he sido asignado a su caso.-
-¿Caso?-
-Vamos Sr Romo, no nos complique, sabemos que usted conoce perfectamente los procesos tenemos.- notaba la hostilidad que escupía a cada palabra, supongo que débil pasar algo lo suficientemente grave para asignar a un general- al parecer debo refrescar su memoria para hacerlo cooperar- no pasaron ni 2 segundos y colocó una serie de fotos de un horrible asesinato- le haría la típica pregunta "¿la reconoce?", pero las lágrimas en su cara hablan por sí solas.-
-señor no es por ofender pero dígame- antes de tan siquiera moverme sentí una firme mano sosteniendo mi cuello a punto de inmovilizarme- bueno, al parecer su ego le impide decirme lo que busco así que lo pediré de una forma amable, General Baz ¿Quién fue el hijo de puta que tuvo la osadía de ponerle las manos encima a mi estrellita?-
-Que raro, esa misma pregunta le iba a hacer yo, ¿qué fue lo que te empujo a matarla?, todos lo que lo conocen a usted, me aseguraban que su pareja era algo indispensable para usted.- entre mas habla este bastardo menos escucho, necesito respuestas y las necesito ¡YA!
-Yo no hice nada, pero deje le cuento esa noche- entre pena y llanto al ver en aquellas fotos la carnicería de aquella que hace menos de un día llamaba "mi amor"
-Hablemos Romo, pero no mienta.-
